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Fumata negra en el Vaticano: los cardenales no logran elegir al nuevo Papa en el segundo día del cónclave

El cónclave para elegir al sucesor del papa Francisco continúa sin un resultado claro. Este jueves 8 de mayo, tras dos rondas de votaciones por la mañana, la chimenea de la Capilla Sixtina emitió nuevamente humo negro, señal de que los 133 cardenales electores no han alcanzado el consenso necesario para designar al nuevo líder de la Iglesia Católica.
Las votaciones comenzaron temprano, luego de una misa en la Capilla Paulina y la recitación de la Ora Media en la Capilla Sixtina. Los cardenales, reunidos bajo los frescos de Miguel Ángel, realizaron dos escrutinios matutinos, pero ningún candidato logró los 89 votos requeridos, equivalentes a dos tercios del total.
El proceso, cargado de simbolismo, refleja la complejidad de este cónclave, el más numeroso de la historia. La falta de acuerdo evidencia las divisiones entre los cardenales, algunos inclinados por continuar el legado reformista de Francisco y otros buscando un cambio de rumbo hacia posturas más conservadoras.
Por la tarde, los cardenales regresaron a la Capilla Sixtina para otras dos votaciones. Se espera que, de no haber consenso, una nueva fumata negra aparezca alrededor de las 19:30 horas, hora local de Roma, prolongando la incertidumbre en el Vaticano.
La primera jornada del cónclave, el miércoles 7 de mayo, también terminó con fumata negra tras una única votación. El retraso en la emisión del humo, atribuido a una meditación prolongada y a la inexperiencia de algunos cardenales, generó expectación entre los miles de fieles congregados en la Plaza de San Pedro.
Entre los nombres que suenan como posibles candidatos destaca el cardenal italiano Pietro Parolin, aunque su liderazgo inicial parece haber perdido fuerza. Otros cardenales, como Matteo Zuppi o Luis Antonio Tagle, ganan relevancia conforme las votaciones avanzan y los bloques buscan consensos.
El cónclave podría extenderse varios días si no se logra un acuerdo pronto. Según las normas, tras tres días sin elección, los cardenales podrían tomar una pausa para reflexionar, un escenario que no se ha visto en más de un siglo y medio.
La atención mundial permanece fija en la chimenea de la Capilla Sixtina. Cada fumata negra aumenta la expectativa, mientras los fieles en la Plaza de San Pedro y millones de personas en todo el mundo aguardan la fumata blanca que anunciará al nuevo Papa.
Este proceso, regido por siglos de tradición, combina rituales solemnes con un hermetismo absoluto. Los cardenales, aislados del mundo exterior, enfrentan la responsabilidad de elegir al líder espiritual de más de 1,300 millones de católicos.
La historia de los cónclaves muestra que la elección puede resolverse rápidamente o prolongarse. En 2013, Francisco fue elegido en dos días, pero en el pasado algunos cónclaves han requerido más tiempo, lo que mantiene la incertidumbre sobre cuándo se conocerá al nuevo pontífice.

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