Una nueva falla en el Metro de la Ciudad de México ha desatado la indignación de los usuarios. Este miércoles, la estación Oceanía de la Línea B sufrió un grave desperfecto en las vías, dejando a miles de pasajeros varados y evidenciando, una vez más, el deterioro del sistema de transporte que usan millones de capitalinos diariamente.
El incidente ocurrió en plena hora pico, cuando un problema en la barra guía de las vías obligó a las autoridades a suspender el servicio entre las estaciones Oceanía y Villa de Aragón. Videos compartidos por los usuarios muestran la magnitud del daño: una estructura visiblemente torcida, a punto de colapsar, que puso en riesgo la seguridad de quienes viajaban en el convoy.
Personal del Metro y elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana acudieron al lugar para desalojar a los pasajeros y realizar una revisión de emergencia. Sin embargo, la respuesta fue lenta, y muchos usuarios quedaron atrapados en andenes abarrotados, sin información clara sobre cuándo se reanudaría el servicio.
La Línea B, una de las más transitadas de la red, ha sido protagonista de múltiples incidentes en los últimos años. Desde colisiones hasta fallas estructurales, los problemas parecen no tener fin, mientras las autoridades capitalinas, encabezadas por Morena, no ofrecen soluciones concretas para modernizar el sistema.
Testigos del incidente relataron momentos de tensión. Algunos pasajeros temían que el tren pudiera descarrilar, recordando tragedias pasadas como el colapso de la Línea 12 en 2021. Afortunadamente, no se reportaron heridos, pero la incertidumbre y el caos reinaron durante horas.
La Secretaría de Seguridad Ciudadana implementó un operativo para trasladar a los usuarios en camiones y camionetas, pero la medida fue insuficiente ante la gran cantidad de personas afectadas. Las quejas en redes sociales no se hicieron esperar, con usuarios denunciando la falta de mantenimiento y la indiferencia de las autoridades.
Este nuevo episodio se suma a una larga lista de fallas en el Metro, desde cortos circuitos hasta incendios y descarrilamientos. La ciudadanía exige respuestas, pero las promesas de mejora parecen desvanecerse mientras el transporte público de la capital sigue en crisis.
El Metro de la CDMX, alguna vez un orgullo de la ingeniería mexicana, hoy es un reflejo de la desatención y la mala gestión. Los usuarios se preguntan cuánto tiempo más tendrán que soportar un servicio que pone en riesgo su seguridad y su tiempo.
Mientras tanto, la nueva administración del Metro, que apenas asumió el cargo, ya enfrenta críticas por su incapacidad para prevenir este tipo de incidentes. La paciencia de los capitalinos se agota, y la presión sobre el gobierno local crece día con día.