En un hecho que ha desatado especulaciones, el cardenal Giovanni Battista Re, decano del Colegio Cardenalicio, omitió toda mención al papa Francisco durante durante la homilía de la misa previa al cónclave que definirá al nuevo pontífice. La ceremonia, conocida como “Pro eligendo Pontifice”, se celebró en la Basílica de San Pedro, marcando el inicio de un proceso clave para la Iglesia Católica.
El gesto de Re, de 91 años, no pasó desapercibido. Durante el saludo de paz, el cardenal se acercó al cardenal Pietro Parolin, uno de los favoritos para suceder a Francisco, y le deseó “suerte por partida doble”. Este comentario, pronunciado en voz baja pero captado por los micrófonos, ha generado revuelo en medios y redes sociales.
Parolin, de 70 años, es considerado una figura central en el Vaticano. Su rol como secretario de Estado durante el pontificado de Francisco lo posiciona como un candidato fuerte. Sin embargo, su cercanía al papa argentino no parece haber sido suficiente para que Re lo mencionara en su discurso, lo que muchos interpretan como un mensaje político.
La homilía de Re se centró en la necesidad de un papa que despierte las conciencias en un mundo marcado por el avance tecnológico y el olvido de los valores espirituales. Sin embargo, la ausencia de cualquier referencia a Francisco, conocido por su enfoque en la misericordia y los marginados, sorprendió a los asistentes.
El cónclave, que reúne a 133 cardenales electores en la Capilla Sixtina, comenzó a las 16:30 horas. La primera votación, como es tradición, probablemente resulte en una fumata negra, indicando que aún no hay consenso sobre el nuevo líder de la Iglesia.
Parolin no está exento de controversias. Su papel en el acuerdo con China sobre el nombramiento de obispos y su involucramiento en un escándalo financiero en el Vaticano han sido cuestionados. Aun así, su experiencia diplomática lo mantiene como favorito en las apuestas.
Otros nombres, como el filipino Luis Antonio Tagle y el italiano Matteo Zuppi, también resuenan entre los posibles sucesores. Sin embargo, el gesto de Re hacia Parolin ha alimentado rumores de alianzas previas entre los cardenales más conservadores.
La Plaza de San Pedro, abarrotada de fieles, espera con expectación la fumata blanca que anunciará al nuevo papa. Mientras tanto, las tensiones en el Vaticano reflejan las divisiones internas en una Iglesia que busca su rumbo tras el pontificado de Francisco.
El proceso, rodeado de secretismo, podría extenderse varios días. Los cardenales permanecerán aislados en la Casa Santa Marta hasta que alcancen un acuerdo, bajo la mirada de millones de católicos en todo el mundo.
La elección del próximo papa no solo definirá el futuro de la Iglesia, sino que también enviará un mensaje al mundo sobre los valores que liderarán a los fieles en los próximos años. Por ahora, el silencio de Re sobre Francisco y su respaldo a Parolin marcan el tono de un cónclave que promete ser intenso.