Ignacio Rodríguez Bahena, conocido como “Nacho” Rodríguez, es un nombre que resuena en la memoria de los aficionados al fútbol mexicano. Este exguardameta, quien defendió el arco de la Selección Mexicana en el Mundial de México 1986, atraviesa ahora uno de los momentos más difíciles de su vida. A sus 66 años, Rodríguez enfrenta un diagnóstico de cáncer que ha puesto a prueba su fortaleza física y emocional.
Durante su carrera, Nacho fue una figura destacada en el fútbol mexicano. Su participación en el Mundial de 1986, donde México llegó a cuartos de final, lo convirtió en un ícono para toda una generación. Aunque fue el tercer portero de aquella selección, su presencia en el equipo que hizo vibrar al país es inolvidable. Su trayectoria incluye clubes como Atlante, Morelia y Tigres, donde dejó huella con su talento y dedicación.
La noticia de su enfermedad ha generado una ola de solidaridad entre los aficionados y excompañeros. En una reciente entrevista con Félix Fernández, exportero y amigo cercano, Nacho compartió detalles sobre su lucha. Con una actitud valiente, no pidió ayuda económica, sino oraciones y apoyo moral para enfrentar esta etapa. Sus palabras reflejan la humildad que siempre lo caracterizó.
El diagnóstico de cáncer no es el único desafío para Rodríguez. Como muchos exfutbolistas, enfrenta dificultades económicas que complican el acceso a tratamientos médicos adecuados. Esta situación pone en evidencia las carencias que muchos deportistas retirados enfrentan en México, donde el apoyo a los veteranos del fútbol es limitado.
A lo largo de su carrera, Nacho Rodríguez demostró ser un luchador dentro y fuera de la cancha. Tras colgar los guantes, incursionó como entrenador, llevando su pasión por el fútbol a nuevas generaciones. Sin embargo, su salud ahora lo obliga a concentrarse en una batalla personal que requiere de todo su coraje.
La comunidad futbolística ha comenzado a organizarse para apoyarlo. En Morelos, donde Nacho es una figura querida, se han realizado eventos como torneos benéficos para recaudar fondos. Estas iniciativas muestran el cariño y respeto que el exguardameta sigue inspirando en quienes lo conocieron o admiraron.
El caso de Nacho Rodríguez también abre la conversación sobre la necesidad de mejores sistemas de apoyo para los exdeportistas. En un país donde el fútbol genera millones, muchos de sus héroes del pasado enfrentan el retiro sin protección económica o médica. Su historia es un recordatorio de la importancia de valorar a quienes dieron gloria al deporte mexicano.
Mientras Nacho enfrenta esta dura prueba, su legado como mundialista y figura del fútbol mexicano permanece intacto. Su lucha actual es un reflejo de la misma tenacidad que mostró bajo los tres postes. La afición, que aún recuerda sus atajadas y su entrega, se une en un solo deseo: que este guerrero supere esta batalla.

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Nacho Rodríguez, el héroe de México 86, enfrenta una dura batalla contra el cáncer
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