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Temblores sin fin en Los Mazos, Jalisco: Casas al borde del colapso

En la comunidad de Los Mazos, en Tuxpan, Jalisco, la tierra no deja de temblar. Desde el pasado 15 de abril, un sismo de magnitud 4.8 sacudió la zona, dejando grietas gigantescas en los campos y un miedo constante entre los habitantes. Lo que parecía un evento aislado se ha convertido en una pesadilla, con réplicas continuas que mantienen en vilo a las familias.
El epicentro del primer temblor se registró en Zapotiltic, a solo 10 kilómetros de profundidad. Según el Servicio Sismológico Nacional, el movimiento telúrico causó estragos inmediatos en Los Mazos, donde la tierra literalmente se partió en dos. Los pobladores reportan que las grietas en el suelo son tan grandes que representan un peligro para quienes transitan por los caminos de terracería.
Las afectaciones no se limitan al paisaje. Casas, iglesias y caminos han sufrido daños severos. El templo local quedó cuarteado, y los derrumbes en las veredas han complicado el acceso a la comunidad. Los habitantes temen que sus hogares, muchos construidos con materiales modestos, no resistan más temblores y terminen colapsando.
Protección Civil de Jalisco ha estado evaluando los daños, pero los pobladores sienten que las autoridades no están actuando con la urgencia que la situación requiere. La incertidumbre crece con cada nuevo estruendo. Algunos residentes incluso especulan que los temblores podrían estar relacionados con la formación de un volcán, aunque los expertos no han confirmado esta teoría.
El pasado 27 de abril, un nuevo evento sacudió la zona. Alrededor de las 13:00 horas, un fuerte estruendo acompañado de derrumbes alarmó a la comunidad. Videos compartidos por los habitantes muestran el momento exacto en que la tierra se mueve, dejando a todos en un estado de pánico constante.
La región sur de Jalisco, donde se ubica Los Mazos, es conocida por su actividad sísmica debido a su cercanía con fallas geológicas y la interacción de placas tectónicas. Sin embargo, la frecuencia de los temblores en las últimas semanas es inusual y ha desatado preocupación entre los expertos, que continúan monitoreando la zona.
Los pobladores de Los Mazos viven con el corazón en la mano. Cada día temen que un nuevo sismo termine de destruir lo poco que queda de sus hogares. La falta de apoyos concretos y la lentitud en las respuestas oficiales agravan su desesperación. Muchos se preguntan cuánto tiempo podrán resistir en estas condiciones.
A pesar de las dificultades, la comunidad se mantiene unida. Los vecinos se organizan para vigilar las zonas más afectadas y compartir información sobre los temblores. Sin embargo, la sensación de abandono prevalece, y la esperanza de una solución rápida se desvanece con cada nuevo movimiento de la tierra.
Mientras tanto, las autoridades locales han emitido advertencias sobre los riesgos de circular por caminos dañados y han prometido continuar con las evaluaciones. Pero para los habitantes de Los Mazos, estas palabras suenan vacías frente a la realidad de un suelo que no deja de temblar.
La situación en Los Mazos es un recordatorio de la vulnerabilidad de muchas comunidades ante los fenómenos naturales. En un estado como Jalisco, donde los sismos son una constante, la preparación y la respuesta inmediata son cruciales. Por ahora, los habitantes de esta comunidad solo pueden esperar, con la incertidumbre como su compañera diaria.

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