El pasado 8 de abril, la discoteca Jet Set en Santo Domingo, República Dominicana, se convirtió en escenario de una de las peores tragedias de los últimos años. El techo del establecimiento colapsó durante un concierto, dejando un saldo devastador de 233 víctimas mortales. La noticia, que ha conmocionado al mundo, sigue generando preguntas sobre las causas de este desastre.
El incidente ocurrió en la madrugada, mientras el reconocido cantante de merengue Rubby Pérez se presentaba ante cientos de personas. Según informes, 221 personas murieron de forma instantánea, en su mayoría por traumatismos en la cabeza o el pecho. Entre las víctimas se encuentran figuras destacadas, como el exbeisbolista de las Grandes Ligas Octavio Dotel y la gobernadora de Montecristi, Nelsy Cruz.
Una mujer de 35 años, quien luchaba por su vida en una clínica de San Cristóbal, se convirtió en la víctima más reciente. Sus familiares habían solicitado ayuda pública hace apenas tres días para cubrir los costosos tratamientos médicos. Las complicaciones renales derivadas de sus heridas terminaron con su vida, elevando la cifra de fallecidos.
La discoteca Jet Set, un ícono de la vida nocturna dominicana, era conocida por sus concurridos eventos de los lunes. Construida hace más de 50 años, tenía capacidad para 500 personas, pero el aforo aquella noche pudo haber sido mayor. Videos grabados por asistentes muestran los momentos previos al colapso, cuando arena y pequeños escombros caían del techo, alertando a algunos presentes.
Antonio Espaillat, propietario del lugar y presidente de RCC Media, admitió en una entrevista que los plafones del techo se caían con frecuencia. Incluso, el mismo día de la tragedia, algunos fueron reemplazados. Sin embargo, reconoció que nunca se realizó una inspección estructural completa, a pesar de las filtraciones reportadas.
Entre las víctimas también se encuentran 18 ciudadanos venezolanos, tres hispano-dominicanos, dos franceses, un haitiano, una colombiana, un italiano, un keniano y una costarricense. La diversidad de nacionalidades refleja la popularidad del lugar, que atraía tanto a locales como a turistas. El diseñador Martín Polanco y un hijo del exsenador Eduardo Estrella también perdieron la vida.
El presidente dominicano, Luis Abinader, ha exigido respuestas claras sobre las causas del colapso. La Procuraduría General de la República y la Oficina Nacional de Evaluación Sísmica lideran dos investigaciones paralelas. Mientras tanto, los familiares de las víctimas han presentado demandas por presunta negligencia contra los dueños del establecimiento.
Más de 300 socorristas trabajaron incansablemente durante días, rescatando a 189 personas con vida. Sin embargo, las autoridades descartaron encontrar más sobrevivientes, y las labores se centraron en la recuperación de cuerpos. El país caribeño decretó tres días de luto nacional, y los funerales, como el del cantante Rubby Pérez en el Teatro Nacional, han reunido a miles de personas.
La tragedia ha sacudido a la comunidad internacional, con condolencias de líderes como el secretario general de la ONU, António Guterres. La discoteca Jet Set, que alguna vez fue sinónimo de celebración, ahora es un recordatorio de la fragilidad de la seguridad en espacios públicos. Las investigaciones en curso buscarán determinar si este desastre pudo haberse evitado.

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Tragedia en Santo Domingo: 233 vidas perdidas en el colapso de una discoteca
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