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Caos en Michoacán: CJNG desata bloqueos y quema de vehículos tras operativo militar

Un operativo militar contra el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) en la región de Tierra Caliente, Michoacán, desató una ola de violencia que paralizó varios municipios. Las autoridades federales, en conjunto con el Ejército y la Guardia Nacional, irrumpieron en la zona para desmantelar una célula delictiva, pero la respuesta del crimen organizado fue inmediata y brutal.
Los hechos ocurrieron el pasado 2 de mayo, cuando las fuerzas armadas desplegaron un operativo en puntos estratégicos de Tierra Caliente. Según reportes, el objetivo era capturar a presuntos líderes del CJNG, uno de los cárteles más poderosos y violentos del país. Sin embargo, la operación provocó una reacción violenta que dejó en evidencia la fragilidad de la seguridad en la región.
Sicarios del CJNG bloquearon carreteras en al menos cinco municipios, incluyendo Apatzingán, Buenavista y Tepalcatepec. Utilizando camiones de carga, vehículos particulares y hasta maquinaria pesada, los criminales incendiaron unidades para obstruir el paso de las autoridades. Las imágenes de tráileres en llamas y columnas de humo negro se difundieron rápidamente en redes sociales.
La violencia no se limitó a los bloqueos. En algunos puntos, se reportaron enfrentamientos entre los delincuentes y las fuerzas federales. Aunque no se han confirmado víctimas mortales, fuentes locales hablan de un ambiente de tensión y miedo entre los habitantes, quienes se resguardaron en sus hogares ante el caos desatado.
Tierra Caliente, una región clave para el trasiego de drogas y el control territorial, lleva años sumida en una lucha entre cárteles. El CJNG, liderado por Nemesio Oseguera Cervantes, alias “El Mencho”, busca consolidar su dominio frente a grupos rivales como Cárteles Unidos. Esta disputa ha convertido a la zona en un polvorín donde la población vive bajo constante amenaza.
El gobierno federal no ha emitido un pronunciamiento claro sobre los resultados del operativo. Mientras tanto, las autoridades locales reportaron que las carreteras fueron liberadas tras varias horas de trabajo conjunto entre el Ejército, la Guardia Nacional y la Guardia Civil. Sin embargo, la normalidad en la región sigue siendo una meta lejana.
La escalada de violencia en Michoacán refleja un problema más profundo: la incapacidad del gobierno para frenar el poder del crimen organizado. Operativos como el del 2 de mayo, aunque necesarios, parecen insuficientes frente a la magnitud de la amenaza que representan cárteles como el CJNG.
Los habitantes de Tierra Caliente exigen soluciones reales. Comercios cerraron, el transporte público se suspendió y las actividades cotidianas quedaron en pausa. La sensación de inseguridad se agrava con cada nuevo episodio de violencia, dejando a la población atrapada en un ciclo de miedo y desesperanza.
Este incidente se suma a una serie de eventos similares en Michoacán, donde los bloqueos y enfrentamientos son cada vez más frecuentes. La estrategia de seguridad del gobierno federal, encabezado por Claudia Sheinbaum, enfrenta cuestionamientos por su falta de resultados concretos en regiones críticas como esta.
Mientras las autoridades intentan restablecer el orden, el CJNG demuestra una vez más su capacidad para desafiar al Estado. La pregunta que queda en el aire es cuánto tiempo más tendrá que soportar la población de Michoacán esta guerra sin fin.

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