En el corazón del mar Interior de Seto, en Japón, se encuentra Naoshima, una isla que ha transformado su identidad para convertirse en un paraíso del arte contemporáneo. Con poco más de 8 kilómetros cuadrados, este destino combina arquitectura innovadora, instalaciones artísticas y un entorno natural que cautiva a quienes lo visitan.
La historia de Naoshima cambió en 1987, cuando el empresario Soichiro Fukutake adquirió la parte sur de la isla. Junto al arquitecto Tadao Ando, impulsó un proyecto que llenó el lugar de museos y galerías, dándole el apodo de “la isla del arte”. Hoy, sus espacios son un reflejo de cómo la creatividad puede revitalizar una región.
Entre sus atractivos destaca el Chichu Art Museum, una obra subterránea de Ando que utiliza luz natural para exhibir piezas de artistas como Claude Monet y James Turrell. También está la icónica calabaza amarilla de Yayoi Kusama, situada en un muelle frente al mar, que se ha convertido en un símbolo reconocible de la isla.
Explorar Naoshima es fácil y atractivo gracias a sus bicicletas de alquiler, ideales para recorrer sus caminos y descubrir obras al aire libre. El Benesse House Museum, otro diseño de Ando, ofrece no solo arte, sino también alojamiento, integrando la experiencia artística con la comodidad.
La isla no solo atrae a amantes del arte, sino también a quienes buscan un escape tranquilo. Su clima mediterráneo y sus paisajes verdes complementan la oferta cultural, haciendo de Naoshima un lugar donde la naturaleza y la imaginación se encuentran en armonía.

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Naoshima: La isla del arte que fusiona creatividad y naturaleza
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