El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha dado un giro inesperado en su administración al anunciar el primer ajuste de su gabinete. Mike Waltz, quien hasta ahora ocupaba el cargo de asesor de Seguridad Nacional, dejará su puesto para asumir un nuevo rol como embajador de Estados Unidos ante las Naciones Unidas. La decisión, confirmada por medios estadounidenses, marca la primera reestructuración significativa en la Casa Blanca desde el inicio de su segundo mandato.
La salida de Waltz, un exboina verde y congresista por Florida, está envuelta en controversia. Su destitución se relaciona con el escándalo conocido como “Signalgate”, un incidente que involucró la filtración de información sensible sobre planes militares en Yemen. En un chat creado por Waltz, el secretario de Defensa, Pete Hegseth, reveló detalles de un ataque contra rebeldes hutíes, incluyendo objetivos y cronogramas, lo que pudo haber puesto en riesgo a militares estadounidenses.
El propio Waltz reconoció su error en una aparición en Fox News, asumiendo la responsabilidad por la creación del grupo de coordinación donde ocurrió la filtración. Junto a él, su adjunto Alex Wong también abandonará su cargo, profundizando la crisis en el equipo de seguridad de Trump. Este incidente ha generado críticas sobre la gestión de información clasificada en la administración.
A pesar de su salida, Trump no ha dejado a Waltz sin un nuevo destino. El presidente anunció que el exasesor asumirá el puesto de embajador ante la ONU, un rol clave en la diplomacia internacional. Waltz reemplazará a Elise Stefanik, quien había sido designada previamente para esa posición. La decisión ha sorprendido a analistas, dado el reciente escándalo que rodea a Waltz.
Mientras tanto, el puesto de asesor de Seguridad Nacional será ocupado de manera interina por el secretario de Estado, Marco Rubio. Rubio, un político experimentado y de origen cubano, asumirá la responsabilidad de liderar las decisiones de seguridad en un momento de tensiones globales, incluyendo negociaciones de paz en Ucrania y conflictos en Medio Oriente.
El “Signalgate” ha puesto bajo escrutinio la cohesión del gabinete de Trump. Algunos sectores de la base republicana han cuestionado la elección de asesores por parte de Waltz, señalando que sus posturas sobre temas como Ucrania e Irán no siempre alineaban con las del presidente. Esta falta de alineación pudo haber contribuido a su salida.
La reestructuración llega en un contexto complicado para Trump, quien enfrenta críticas por su manejo de la política exterior. La filtración de información militar ha avivado el debate sobre la seguridad nacional, mientras el presidente busca consolidar su agenda de “América Primero” en el escenario global.
Para algunos analistas, la destitución de Waltz es solo el comienzo. Hakeem Jeffries, líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes, advirtió que este movimiento podría ser el primero de varios en el gabinete de Trump. La Casa Blanca, por ahora, no ha ofrecido más detalles sobre posibles cambios adicionales.
El nombramiento de Waltz como embajador ante la ONU plantea preguntas sobre cómo manejará las complejas dinámicas de la organización. Su experiencia militar y su postura dura frente a países como China podrían influir en su enfoque diplomático, aunque su reciente controversia podría complicar su confirmación en el Senado.
Este ajuste en el gabinete refleja los retos que enfrenta Trump en su segundo mandato. Con tensiones internas y externas en aumento, la Casa Blanca busca proyectar estabilidad mientras lidia con las consecuencias de un escándalo que ha sacudido a su equipo de seguridad.

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¡Sacudida en el gobierno de Trump! Waltz sale de Seguridad Nacional y va a la ONU
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