Han pasado siete meses desde que Claudia Sheinbaum asumió la presidencia de México, y su gestión ya genera un torbellino de opiniones. Prometió continuidad con la Cuarta Transformación, pero los resultados de su gobierno están bajo el escrutinio de millones. Desde decisiones controvertidas hasta desafíos inesperados, el arranque de su sexenio no ha dejado indiferente a nadie.
Uno de los temas más candentes es la seguridad. La presidenta ha defendido su estrategia de “abrazos, no balazos”, pero la violencia no da tregua. Los cárteles operan con descaro en varias regiones, y los enfrentamientos armados han dejado un saldo alarmante de víctimas. La promesa de pacificar el país parece desvanecerse ante los titulares de sangre que no cesan.
En materia económica, Sheinbaum ha apostado por mantener los programas sociales de su antecesor. Las becas y apoyos siguen llegando a millones de mexicanos, pero la inflación y el estancamiento económico preocupan. Expertos señalan que el crecimiento del PIB es menor al esperado, y las remesas, aunque récord, no son suficientes para impulsar una economía robusta.
La política exterior también ha dado de qué hablar. La relación con Estados Unidos, especialmente en temas de migración y comercio, ha sido un terreno espinoso. Sheinbaum ha insistido en una postura soberana, pero las tensiones por el Tratado de Aguas y los aranceles propuestos por la administración estadounidense han puesto a prueba su capacidad diplomática.
En el ámbito de la justicia, la reforma judicial impulsada por Morena ha desatado críticas. La elección de jueces por voto popular es vista por algunos como un avance democrático, pero otros advierten que pone en riesgo la independencia del Poder Judicial. Las protestas de abogados y académicos han sido una constante en estos meses.
La educación y la salud, pilares de su discurso, enfrentan retos monumentales. La reactivación de la Semana Nacional de Vacunación buscó revertir el rezago dejado por la pandemia, pero expertos alertan sobre la llegada de enfermedades como el sarampión. En las escuelas, la falta de infraestructura y recursos sigue siendo una queja recurrente de maestros y padres.
El medio ambiente, otro tema clave, ha quedado relegado. A pesar de los discursos sobre sustentabilidad, los proyectos energéticos basados en combustibles fósiles siguen adelante. Las críticas de ambientalistas no se han hecho esperar, acusando al gobierno de priorizar el crecimiento económico sobre la lucha contra el cambio climático.
Las decisiones de Sheinbaum también han generado roces al interior de Morena. Algunos aliados cuestionan su liderazgo, mientras que la oposición no pierde oportunidad para señalar cada tropiezo. La polarización política está en su punto más alto, y la presidenta parece caminar en una cuerda floja.
A siete meses de su llegada al poder, el balance es agridulce. Claudia Sheinbaum enfrenta un México complejo, donde las expectativas chocan con la realidad. Sus decisiones en los próximos meses serán cruciales para definir el rumbo de su gobierno y el futuro del país.