Un voraz incendio en una fábrica de aerosoles y químicos en Tlaquepaque, Jalisco, desató el pánico la tarde del 30 de abril. El siniestro, ocurrido en la zona industrial de El Álamo, provocó explosiones tan potentes que los vecinos sintieron vibrar el piso y las paredes, según relataron testigos. La columna de humo negro, visible desde varios puntos de la Zona Metropolitana de Guadalajara, alertó a la población.
Las autoridades reportaron al menos 13 personas lesionadas, nueve de ellas atendidas de inmediato en el lugar. La magnitud del fuego obligó a evacuar a decenas de familias y trabajadores de empresas cercanas. La presidenta municipal, Laura Imelda Pérez, acudió al sitio para supervisar las labores, pero la respuesta del gobierno local ha sido cuestionada por los habitantes, quienes exigen claridad sobre las causas del incidente.
Bomberos de Tlaquepaque, Guadalajara, Zapopan y otras corporaciones trabajaron intensamente para controlar las llamas. La fábrica, ubicada en el cruce de Acueducto y Tornillo, quedó devastada. El puesto de comando instalado en la zona coordinó las acciones, pero el riesgo de nuevas explosiones mantuvo en vilo a los equipos de emergencia durante horas.
La Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial activó una emergencia atmosférica en Tla18:00 horas en Tlaquepaque y Guadalajara debido a la alta toxicidad del humo. Las colonias afectadas, como La Nogalera, El Álamo Industrial y Miravalle, sufrieron las peores consecuencias. La calidad del aire se deterioró gravemente, poniendo en riesgo la salud de los habitantes.
Vecinos relataron momentos de terror. Una residente describió cómo las explosiones hicieron temblar su casa, forzándola a huir con su familia. Otro testigo aseguró que el calor era tan intenso que temieron por sus vidas. La falta de medidas de seguridad en la fábrica ha desatado críticas, ya que no es el primer incendio de este tipo en la zona.
La presencia del Ejército Mexicano y la Guardia Nacional en el lugar intentó garantizar la seguridad, pero la magnitud del desastre dejó en evidencia la vulnerabilidad de la zona industrial. Las autoridades aún investigan las causas del incendio, aunque se sospecha que el manejo inadecuado de materiales peligrosos pudo ser el detonante.
Este incidente reaviva el debate sobre la regulación de fábricas en áreas urbanas. Los habitantes exigen que se tomen medidas para evitar que tragedias como esta se repitan. La emergencia atmosférica se mantendrá hasta que el humo deje de ser un riesgo, pero la incertidumbre persiste entre los afectados.
La tragedia en Tlaquepaque pone bajo la lupa la capacidad de las autoridades para prevenir y responder a este tipo de desastres. Los lesionados reciben atención médica, pero las secuelas físicas y emocionales de este día permanecerán en la comunidad. La investigación continúa, mientras los ciudadanos esperan respuestas y soluciones concretas.