En un giro inesperado en Bolivia, el expresidente Evo Morales celebró la decisión de una jueza que anuló la orden de captura en su contra por un caso de presunta trata de personas. Morales, una figura central en la política boliviana, expresó su alivio en redes sociales, afirmando que después de mucho tiempo siente que la justicia finalmente ha actuado.
El caso, que se originó en Tarija, involucraba acusaciones graves contra Morales, incluyendo el supuesto abuso de una menor durante su mandato. La orden de aprehensión, emitida en octubre de 2024, había generado tensiones en el país, con bloqueos de carreteras por parte de sus seguidores en el Chapare, su bastión político. Estos actos de protesta buscaban frenar lo que Morales y sus aliados consideran una persecución política.
La jueza Lilian Moreno, en Santa Cruz, decidió dejar sin efecto la imputación y la orden de captura tras un trámite presentado por la defensa de Morales. Según la resolución, se anularon cualquier auto de rebeldía o restricción de derechos contra el exmandatario. El caso, sin embargo, no ha sido desestimado por completo y continuará siendo investigado en Cochabamba, específicamente en Villa Tunari, donde reside Morales.
Morales, quien gobernó Bolivia de 2006 a 2019, ha enfrentado múltiples acusaciones en los últimos años, incluyendo otras denuncias por trata de personas y violación en Cochabamba. Estas acusaciones han polarizado al país, con sus detractores exigiendo justicia y sus seguidores defendiendo su legado como líder indígena y presidente.
El fallo judicial llega en un momento crítico, ya que Morales busca postularse nuevamente a la presidencia en las elecciones de 2025. Sin embargo, un tribunal constitucional boliviano determinó recientemente que ningún presidente puede tener más de dos mandatos, lo que podría bloquear sus aspiraciones políticas. Morales ha calificado esta decisión como un intento de proscribir su partido, el Movimiento al Socialismo (MAS).
La anulación de la orden de captura ha sido interpretada por Morales como una victoria frente a lo que él describe como un complot del actual gobierno de Luis Arce, su exaliado. Ambos líderes han protagonizado una creciente confrontación, con acusaciones mutuas de desestabilización y abuso de poder. Este enfrentamiento ha exacerbado la crisis política en Bolivia.
Los seguidores de Morales, que durante meses realizaron protestas y bloqueos, han recibido la noticia con entusiasmo, aunque el ambiente en el país sigue siendo tenso. La decisión judicial no resuelve las otras denuncias pendientes contra el expresidente, y las autoridades han indicado que las investigaciones seguirán su curso.
Mientras tanto, la comunidad internacional observa de cerca los acontecimientos en Bolivia, un país que enfrenta desafíos económicos y sociales además de su inestabilidad política. La resolución de este caso podría influir en el panorama electoral de 2025 y en el futuro del MAS, uno de los movimientos políticos más influyentes de la región.
Para Morales, este fallo representa un respiro en medio de una tormenta política y judicial. No obstante, el camino hacia las próximas elecciones sigue lleno de obstáculos legales y políticos, en un país profundamente dividido.

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Evo Morales celebra la anulación de su orden de captura en Bolivia: “Llegó la justicia”
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