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Francisco Garduño se despide del INM con orgullo, pero sin mencionar la tragedia que marcó su gestión

Francisco Garduño Yáñez dejó la dirección del Instituto Nacional de Migración tras seis años al frente, asegurando que se va con el alma llena de orgullo. En su mensaje de despedida, destacó el trabajo de los empleados del INM y afirmó que enfrentó la mayor crisis migratoria de la historia reciente. Sin embargo, su salida está envuelta en controversia por un hecho que omitió en su discurso: el incendio en una estación migratoria en Ciudad Juárez que dejó 40 muertos.
Durante su gestión, Garduño enfrentó críticas constantes por el manejo de la política migratoria. El incendio de marzo de 2023 en Ciudad Juárez, donde 40 migrantes murieron asfixiados y 27 resultaron heridos, se convirtió en el episodio más oscuro de su administración. Organizaciones de derechos humanos y familiares de las víctimas han señalado su responsabilidad, acusándolo de omisiones que derivaron en la tragedia.
A pesar de las acusaciones, Garduño logró evitar un juicio penal. Un juez suspendió el proceso en su contra a cambio de medidas reparatorias, como indemnizar a las víctimas y ofrecer una disculpa pública. Esta disculpa, programada inicialmente para abril, fue pospuesta al 2 de mayo, cuando Garduño ya no estará en el cargo, lo que ha generado indignación entre los afectados.
El exfuncionario afirmó que bajo su liderazgo se dignificó a las personas migrantes, pero los números cuentan otra historia. Durante su gestión, las detenciones de migrantes aumentaron exponencialmente, y el INM fue señalado por la militarización de sus operaciones. Organizaciones civiles denunciaron que las estaciones migratorias funcionan como cárceles, con condiciones que vulneran los derechos humanos.
Garduño también aseguró que se han pagado casi 240 millones de pesos en indemnizaciones a las víctimas del incendio, aunque algunas familias aún no han recibido compensación. Según él, solo faltan seis casos por resolver, pero los representantes legales de las víctimas han calificado el proceso como indigno y poco transparente.
Otro punto polémico de su gestión fue el gasto de más de 80 millones de pesos en viajes a Ciudad Juárez. Estos traslados, realizados para cumplir con su firma quincenal como indiciado por el incendio, fueron pagados con recursos del INM, lo que desató críticas por el uso indebido de fondos públicos.
En su despedida, Garduño agradeció al expresidente Andrés Manuel López Obrador, a quien llamó su amigo, y anunció que lo visitará en su finca en Chiapas. Mientras tanto, el nuevo titular del INM, Sergio Salomón Céspedes, exgobernador de Puebla, asumirá el cargo con el reto de reformar una institución cuestionada por su manejo de la crisis migratoria.
La salida de Garduño deja un sabor amargo para muchos. Sobrevivientes y familiares de las víctimas del incendio exigen justicia, asegurando que el caso fue cerrado sin verdadera rendición de cuentas. Organizaciones civiles han calificado la resolución judicial como un carpetazo que perpetúa la impunidad.
El legado de Garduño en el INM está marcado por la tragedia y las críticas. Mientras él celebra una misión cumplida, las voces de quienes buscan justicia por los 40 migrantes fallecidos siguen resonando, exigiendo que no se repita una tragedia similar. Su gestión, lejos de ser un orgullo, queda como un recordatorio de los pendientes en la política migratoria de México.

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