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Trump seduce a las empresas con promesas de oro tras la caída del PIB en EE.UU.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se reunió este miércoles con los líderes de algunas de las multinacionales más importantes del mundo, desde gigantes farmacéuticos como Merck y Novartis hasta tecnológicas como IBM y automotrices como Toyota y Hyundai. El encuentro, realizado en Washington, tuvo como objetivo calmar los ánimos tras la noticia de que el Producto Interno Bruto (PIB) del país se contrajo un 0,1% en el primer trimestre de 2025.
Trump no escatimó en halagos para las empresas presentes, agradeciéndoles sus promesas de inversiones multimillonarias en suelo estadounidense. Uno por uno, hizo que los directivos se levantaran para recibir aplausos, celebrando los planes de expansión que, según él, impulsarán la economía del país. El mensaje fue claro: invertir en Estados Unidos es la clave para aprovechar ventajas únicas.
El mandatario republicano destacó que las compañías que construyan fábricas en territorio estadounidense disfrutarán de una tasa arancelaria de cero, además de otros beneficios fiscales y regulatorios. Este incentivo, según Trump, ya ha atraído compromisos de inversión por más de 5 billones de dólares, una cifra que aseguró podría superar los 8 billones en los próximos meses.
A pesar de la contracción económica, Trump pintó un panorama optimista. Afirmó que sus políticas económicas y laborales están revitalizando el “sueño americano” en apenas los primeros 100 días de su segundo mandato. Según el presidente, las empresas están tan entusiasmadas que algunas ni siquiera solicitan reuniones previas; simplemente comienzan a construir sus plantas.
El evento también sirvió para que Trump reafirmara su enfoque proteccionista. Durante su discurso, enfatizó que las compañías extranjeras que trasladen su producción a Estados Unidos serán recompensadas, mientras que aquellas que no lo hagan enfrentarán aranceles significativos. Este mensaje resonó especialmente entre los representantes de las automotrices, un sector clave para la economía estadounidense.
La contracción del PIB, aunque leve, ha generado preocupación entre analistas económicos, quienes advierten que la incertidumbre generada por las políticas comerciales de Trump podría afectar el crecimiento a largo plazo. Sin embargo, el presidente desestimó estas críticas, asegurando que su estrategia está atrayendo capital de todo el mundo.
Empresas como Schneider Electric y Hyundai, presentes en el acto, han anunciado planes para expandir sus operaciones en Estados Unidos, lo que Trump presentó como una señal de confianza en su liderazgo. Estas inversiones, según el presidente, generarán miles de empleos y fortalecerán la industria local.
El discurso de Trump también incluyó un guiño a su base electoral, al prometer que su administración seguirá priorizando a los trabajadores estadounidenses. Sin embargo, no ofreció detalles concretos sobre cómo planea abordar los desafíos económicos más allá de los incentivos a las empresas.
Para los observadores internacionales, el evento reflejó la continuidad del estilo de Trump: una mezcla de promesas ambiciosas, retórica nacionalista y un enfoque en resultados inmediatos. Mientras tanto, los mercados globales siguen atentos a las próximas decisiones de la Casa Blanca, especialmente en materia de aranceles y comercio.
La reunión de este miércoles dejó en claro que Trump está apostando por las grandes corporaciones para impulsar su agenda económica. Resta por verse si estas promesas de inversión se materializarán y si podrán contrarrestar las señales de desaceleración en la economía estadounidense.

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