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Aumentan los pinchazos en Metro y Metrobús de CDMX: la inseguridad se dispara en el transporte público

En la Ciudad de México, los casos de pinchazos en el Metro y Metrobús no paran de crecer, sumando al menos 22 incidentes reportados hasta el 28 de abril. Las autoridades parecen desbordadas ante esta nueva ola de violencia que pone en riesgo a miles de usuarios diariamente.
El lunes 28 de abril, dos nuevos casos sacudieron a la capital. Uno ocurrió en la estación Pino Suárez de la Línea 1 del Metro, donde un joven fue agredido. El otro tuvo lugar en la Línea 6 del Metrobús, en la estación San Juan de Aragón, también contra un hombre joven. Ambos recibieron atención médica inmediata, pero la incertidumbre persiste.
La Secretaría de Seguridad Ciudadana, encabezada por Pablo Vázquez, admite que los ataques no discriminan: tanto hombres como mujeres han sido víctimas. Los pinchazos suelen ocurrir en la espalda baja, manos o brazos, generando síntomas como mareos, somnolencia y malestar general. Dos casos han dado positivo a estupefacientes, aunque las autoridades no especifican cuáles.
La Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México lleva 20 denuncias formales, pero los avances en las investigaciones son escasos. La falta de un patrón claro y la ausencia de detenciones alimentan el temor entre los usuarios del transporte público, quienes exigen medidas urgentes.
El Sistema de Transporte Colectivo Metro y el Metrobús han reforzado la vigilancia con policías auxiliares en estaciones clave. Sin embargo, los operativos no han logrado frenar los incidentes, y las cámaras de seguridad parecen insuficientes para identificar a los responsables.
La jefa de Gobierno, Clara Brugada, ha prometido triplicar el número de cámaras en el Metro, pero esta medida suena lejana para quienes enfrentan el riesgo todos los días. Mientras tanto, los protocolos de atención a víctimas incluyen traslados a hospitales y pruebas toxicológicas, pero los resultados no arrojan claridad.
Casos recientes, como los reportados en las estaciones Allende e Hidalgo de la Línea 2, muestran la crudeza de la situación. Usuarios han compartido imágenes de mujeres atendidas tras sentir pinchazos, algunas con heridas visibles. La desconfianza hacia las autoridades crece ante la falta de respuestas concretas.
El Metro ha recomendado a los usuarios activar la palanca de emergencia en caso de sentir un pinchazo o malestar, pero muchos cuestionan si estas medidas son suficientes. La inseguridad en el transporte público se ha convertido en una pesadilla cotidiana para los capitalinos.
La ciudadanía exige que el gobierno de Morena en la Ciudad de México tome cartas en el asunto. Los reportes de pinchazos no solo reflejan un problema de seguridad, sino también la incapacidad de las autoridades para proteger a los usuarios en un sistema de transporte colapsado.
Mientras las investigaciones continúan, los habitantes de la capital viajan con miedo, sin saber si serán los siguientes en sufrir un ataque. La crisis de inseguridad en el Metro y Metrobús está lejos de resolverse, y la presión sobre las autoridades no hace más que aumentar.

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