La empresa estatal Petróleos Mexicanos, conocida como Pemex, arrancó el 2025 con un duro golpe financiero al reportar pérdidas por 43 mil 329 millones de pesos, equivalentes a 2 mil 133 millones de dólares, en el primer trimestre del año. Este resultado contrasta fuertemente con las ganancias de 4 mil 682 millones de pesos obtenidas en el mismo periodo de 2024, según el informe financiero trimestral publicado por la compañía.
El desplome financiero de Pemex se atribuye principalmente a una caída del 2.5 por ciento en las ventas totales, que alcanzaron 395 mil 590 millones de pesos, unos 19 mil 470 millones de dólares. Esta disminución se debe a factores como la reducción en los volúmenes de exportación de crudo y un menor valor obtenido en los procesos de refinación, lo que refleja problemas operativos en la petrolera.
Otro factor clave en las pérdidas fue la volatilidad del tipo de cambio. La depreciación del peso frente al dólar generó una pérdida cambiaria de 15 mil millones de pesos, equivalente a 738.5 millones de dólares. Este impacto, aunque no representa una salida directa de efectivo, afectó significativamente los balances financieros de la empresa.
La producción de crudo también mostró un retroceso. En el primer trimestre de 2025, Pemex reportó una extracción de 1.365 millones de barriles diarios, un 12 por ciento menos que en el mismo periodo del año anterior. Este descenso se explica por la declinación natural de yacimientos clave y la falta de inversión suficiente en nuevos proyectos de exploración.
A pesar de las cifras negativas, Pemex destacó que su flujo económico no se vio afectado directamente por la pérdida cambiaria. Sin embargo, la empresa enfrenta un panorama complicado, ya que es considerada la petrolera más endeudada del mundo, con un saldo de deuda que alcanzó los 97 mil 600 millones de dólares al cierre de 2024.
El informe financiero también señala un aumento en los gastos administrativos, que contribuyeron al deterioro de los resultados. Este incremento ha generado críticas sobre la eficiencia en la gestión de los recursos de la empresa, especialmente en un contexto de alta volatilidad global que afecta los mercados energéticos.
Pemex ha recibido apoyos significativos del gobierno federal en los últimos años, incluyendo inyecciones de capital y reducciones en su carga fiscal. Para 2025, se espera que el Presupuesto de Egresos de la Federación contemple aportaciones por 136 mil millones de pesos destinadas al pago de amortizaciones de deuda, aunque estas medidas no han logrado revertir la tendencia de pérdidas.
La situación de Pemex refleja los retos estructurales que enfrenta el sector energético mexicano. La dependencia de la empresa en las exportaciones de crudo, combinada con la falta de modernización en sus procesos de refinación, limita su capacidad para competir en un mercado global cada vez más exigente.
A pesar de los esfuerzos por estabilizar sus finanzas, los resultados del primer trimestre de 2025 muestran que Pemex sigue en una posición vulnerable. La empresa necesita estrategias integrales que no solo aborden su deuda, sino que también impulsen la productividad y la innovación en sus operaciones.
El futuro de Pemex dependerá de su capacidad para adaptarse a las condiciones del mercado y de las decisiones que tome el gobierno federal en materia de política energética. Por ahora, las pérdidas reportadas en este inicio de año encienden las alertas sobre la salud financiera de una de las empresas más emblemáticas de México.

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Pemex en crisis: pierde 2 mil 133 millones de dólares en el arranque de 2025
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