En un acto que ha generado revuelo internacional, el equipo suizo de esgrima sub-23 dio la espalda a la bandera de Israel durante la ceremonia de entrega de medallas en el Campeonato Europeo de Esgrima celebrado en Tallin, Estonia. El gesto, interpretado como una protesta contra la ofensiva militar de Israel en Palestina, ha desencadenado un conflicto diplomático y fuertes críticas desde diversos sectores.
El equipo suizo, integrado por Ian Hauri, Jonathan Fuhrimann, Sven Vineis y Theo Brochard, obtuvo la medalla de plata tras perder la final contra Israel, que se llevó el oro. Mientras sonaba el himno israelí, Hatikvah, los esgrimistas suizos giraron sus cuerpos en un gesto que fue captado en video y rápidamente se volvió viral en redes sociales.
El ministro de Relaciones Exteriores de Israel, Gideon Sa’ar, no tardó en reaccionar. Calificó el acto como “comportamiento irrespetuoso” y una “vergüenza” para Suiza, afirmando que los atletas suizos “no saben perder” y deshonraron a su país. La declaración intensificó la controversia, elevando el incidente a un nivel diplomático.
La Federación Suiza de Esgrima emitió un comunicado expresando su desconcierto ante la acción de sus atletas. Aunque destacó que los esgrimistas felicitaron a los ganadores israelíes tras la final, la federación señaló que las competiciones deportivas no son el lugar adecuado para manifestaciones políticas. La declaración buscó calmar las aguas, pero no evitó el escándalo.
Los cuatro esgrimistas suizos publicaron una disculpa en la cuenta de Instagram de la federación. Explicaron que su acción no tuvo la intención de expresar una opinión política y reconocieron que fue un error. “Pedimos disculpas a todos aquellos cuyos sentimientos hemos herido, especialmente a nuestros oponentes del equipo de Israel”, afirmaron, comprometiéndose a actuar con mayor juicio en el futuro.
El incidente no es un caso aislado. En los últimos años, han surgido protestas similares en eventos deportivos internacionales, como los boicots de judocas argelinos que se negaron a competir contra rivales israelíes en los Juegos Olímpicos de Tokio y París. Estos gestos reflejan las tensiones políticas en torno al conflicto entre Israel y Palestina.
El contexto del conflicto añade peso al incidente. La ofensiva militar de Israel en Gaza ha generado críticas internacionales, con reportes que señalan miles de víctimas civiles, incluyendo un alto número de menores. Este telón de fondo ha motivado protestas en diversos ámbitos, incluido el deporte, como una forma de visibilizar el sufrimiento humano.
A pesar de las disculpas, el gesto de los esgrimistas suizos ha generado reacciones divididas. Mientras algunos lo ven como una muestra de solidaridad con Palestina, otros lo consideran una falta de respeto hacia los valores deportivos y una politización innecesaria de la competencia.
El incidente pone en evidencia cómo el deporte, a menudo visto como un espacio de unión, puede convertirse en un escenario para expresar posturas políticas. La controversia sigue siendo tema de debate en redes sociales, donde usuarios de todo el mundo discuten las implicaciones del acto.
Por ahora, el caso permanece en el ojo público, con Suiza e Israel enfrentando las repercusiones diplomáticas de un gesto que, aunque breve, ha dejado una marca en el mundo del deporte y la política internacional.

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Esgrimistas suizos desatan controversia al protestar contra Israel en campeonato europeo
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