Un joven mexicano, deportado desde Estados Unidos, se encuentra desaparecido tras intentar llegar a Monterrey, Nuevo León. Las autoridades no tienen pistas claras sobre su paradero, y la incertidumbre crece entre sus familiares, quienes exigen respuestas inmediatas.
El joven, cuya identidad no ha sido revelada, fue deportado recientemente y se dirigía a la capital neoleonesa. Según reportes, su última comunicación ocurrió hace varios días, pero desde entonces no se sabe nada de él. Este caso pone en evidencia los riesgos que enfrentan los migrantes al ser retornados a México.
La desaparición ocurrió en una ruta conocida por su peligrosidad, donde operan grupos delictivos que aprovechan la vulnerabilidad de los deportados. Las carreteras del norte del país, especialmente en zonas cercanas a la frontera, han sido señaladas como puntos de alto riesgo para quienes transitan solas o sin protección.
Familiares del joven han denunciado la falta de apoyo por parte de las autoridades migratorias y de seguridad. Aseguran que no se les ha proporcionado información clara sobre las acciones que se están tomando para localizarlo. La desesperación aumenta mientras el tiempo pasa sin noticias.
Organizaciones de derechos humanos han alertado sobre el incremento de casos similares. Los migrantes deportados, al llegar a México, enfrentan no solo el desamparo institucional, sino también la amenaza de la delincuencia organizada, que opera con impunidad en varias regiones del país.
Las autoridades de Nuevo León han iniciado una investigación, pero hasta el momento no hay avances significativos. La Fiscalía General del Estado señaló que se están revisando cámaras de seguridad y entrevistando a posibles testigos, aunque los resultados son limitados.
Este caso se suma a una lista preocupante de desapariciones en el estado, donde la inseguridad sigue siendo un problema sin solución aparente. La falta de coordinación entre las autoridades federales y estatales agrava la situación, dejando a las familias en un estado de indefensión.
La sociedad civil exige mayor atención a estos casos y políticas públicas que protejan a los deportados. Mientras tanto, la familia del joven desaparecido sigue esperando cualquier noticia que pueda devolverles la esperanza de encontrarlo con vida.