En el corazón del Vaticano, los cardenales se reúnen en un ambiente de prudencia y diálogo para preparar el cónclave que elegirá al sucesor del papa Francisco. Este miércoles, durante la séptima congregación general, los purpurados han destacado un clima de escucha fraterna, aunque evitan compartir detalles con los medios.
El cardenal austriaco Christoph Schönborn, uno de los asistentes, bromeó sobre la discreción que caracteriza estas reuniones: los temas se discuten con libertad, pero lejos de los micrófonos. La mayoría de los cardenales, al llegar a las puertas vaticanas, aceleran el paso para evitar a los periodistas, aunque algunos intercambian breves palabras.
Entre los electores, el argentino Ángel Sixto Rossi, arzobispo de Córdoba, resaltó la búsqueda de una figura que promueva la unidad en la Iglesia. Según Rossi, las conversaciones se desarrollan en un entorno familiar, donde el respeto y la apertura predominan.
Por su parte, el colombiano Jorge Enrique Jiménez Carvajal, quien no participará en el cónclave por su edad, describió un ambiente de paz y diálogo. Jiménez subrayó el legado de Francisco, quien enfatizó la importancia de escuchar, un principio que ahora guía a los cardenales en este proceso.
El salvadoreño Gregorio Rosa Chávez, también no elector, coincidió en que el clima es de hermandad. Aseguró que las propuestas que surgen en estas reuniones son interesantes y reflejan un diálogo amplio, sin divisiones por nacionalidades o regiones.
Un punto clave es que los cardenales rechazan cualquier enfoque basado en la nacionalidad del próximo papa. Según Rosa Chávez, cada purpurado piensa con el corazón, priorizando el bienestar de la Iglesia por encima de intereses geográficos.
Las congregaciones generales, que continuarán hasta el inicio del cónclave el 7 de mayo, son cruciales para definir el perfil del nuevo pontífice. Los cardenales buscan un líder capaz de enfrentar los retos globales de la Iglesia en un mundo cada vez más complejo.
Se espera que el cónclave, con 133 cardenales electores, sea breve, posiblemente de tres días. La diversidad de los participantes, provenientes de Europa, América, Asia, África y Oceanía, refleja la internacionalización impulsada por Francisco durante su pontificado.
El proceso, aunque reservado, está marcado por la solemnidad y la responsabilidad de elegir al próximo líder de la Iglesia católica. Las decisiones tomadas en estos días resonarán no solo en el Vaticano, sino en millones de fieles alrededor del mundo.

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Cardenales en el Vaticano: El delicado proceso para elegir al nuevo papa continúa
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