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¿Podría Donald Trump burlar la Constitución para un tercer mandato?

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha desatado controversia al insinuar que podría buscar un tercer mandato en 2028, a pesar de que la Constitución estadounidense lo prohíbe expresamente. En una entrevista con NBC News, Trump afirmó que “no bromeaba” sobre la posibilidad y aseguró que existen “métodos” para lograrlo, sin dar detalles claros.
La 22ª Enmienda de la Constitución, ratificada en 1951, establece que ninguna persona puede ser elegida presidente más de dos veces. Esta medida se implementó tras los cuatro mandatos de Franklin D. Roosevelt, para evitar que un líder se perpetúe en el poder. Trump, que ya ejerció un mandato entre 2017 y 2021 y está en su segundo periodo desde 2025, estaría limitado por esta norma.
Entre las ideas que han circulado, algunos seguidores de Trump sugieren una estrategia que involucraría a su vicepresidente, J.D. Vance. Según esta hipótesis, Vance podría postularse como presidente en 2028, con Trump como candidato a vicepresidente, y luego renunciar para cederle el cargo. Sin embargo, expertos consideran que esta vía también enfrentaría obstáculos legales.
La 12ª Enmienda de la Constitución señala que nadie inelegible para ser presidente puede ser vicepresidente. Esto podría interpretarse como una barrera para que Trump ocupe la vicepresidencia, ya que no puede ser elegido para un tercer mandato. Además, el éxito de esta maniobra dependería de la disposición de Vance a renunciar, algo que no está garantizado.
Otra posibilidad sería reformar la 22ª Enmienda, pero este proceso es extremadamente complejo. Requeriría una mayoría de dos tercios en ambas cámaras del Congreso o el apoyo de dos tercios de los estados para convocar una convención constitucional, seguido de la ratificación por tres cuartos de los estados. Analistas consideran que lograr este consenso en el actual clima político polarizado es prácticamente imposible.
Algunos expertos sugieren que las declaraciones de Trump podrían ser una estrategia para desviar la atención de otras controversias, como problemas de seguridad o críticas a su gestión económica. Al mantener la idea de un tercer mandato en el debate público, Trump podría buscar consolidar su influencia dentro del Partido Republicano y evitar ser percibido como un presidente en declive.
Las Trump Stores, tiendas oficiales que venden productos con su marca, ya comercializan artículos con el lema “Trump 2028”, como camisetas, gorras y vasos. Aunque estos productos no tienen implicaciones legales, refuerzan la narrativa de un posible tercer mandato entre sus seguidores, generando especulación y debate.
Si Trump intentara presentarse en 2028 ignorando la Constitución, enfrentaría desafíos legales significativos. Los estados liderados por demócratas podrían negarse a incluirlo en las boletas electorales, lo que desencadenaría una batalla judicial que podría llegar al Tribunal Supremo, donde actualmente hay una mayoría conservadora.
Por ahora, Trump ha insistido en que está “concentrado en el presente” y que es “demasiado pronto” para hablar de 2028. Sin embargo, sus comentarios han generado preocupación entre quienes temen que busque erosionar las normas democráticas estadounidenses, comparándolo con líderes autoritarios que han extendido su poder en otros países.
El debate sobre un tercer mandato de Trump refleja las profundas divisiones políticas en Estados Unidos. Mientras sus seguidores ven en él un líder indispensable, sus críticos advierten sobre los riesgos de desafiar las reglas constitucionales que han sostenido la democracia del país durante más de dos siglos.

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