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Ternium intenta calmar las aguas tras grave derrame químico en Nuevo León

El pasado 17 de abril, un derrame de 400 mil litros de cloruro ferroso y agua ácida desde la planta de Ternium en Churubusco, Nuevo León, contaminó el arroyo La Talaverna. La empresa asegura que no hay riesgos para la salud ni el medio ambiente, pero las críticas no cesan.
Ternium afirmó que activó un plan de emergencia desde el día del incidente. Más de 150 brigadistas trabajaron en la contención y limpieza del arroyo, utilizando materiales como cal y bicarbonato para neutralizar los químicos. Según la empresa, el cauce ya presenta condiciones normales.
La compañía reportó que se han realizado más de 200 análisis de laboratorio en distintos puntos del arroyo. Los resultados, según Ternium, están dentro de los parámetros normales. Sin embargo, la confianza en estas declaraciones es frágil entre los habitantes de la zona.
A pesar de los esfuerzos, persiste una coloración rojiza en el concreto del arroyo, causada por óxido ferroso. Ternium insiste en que este problema es solo estético y no representa un peligro. Actualmente, trabajan en eliminar estas manchas para restaurar la apariencia del cauce.
El derrame afectó 11 kilómetros del arroyo, impactando municipios como San Nicolás, Apodaca, Pesquería y Guadalupe. Vecinos de la colonia San Miguel, en Guadalupe, reportaron residuos visibles días después del incidente, lo que generó preocupación por la salud pública.
Autoridades locales y legisladores han exigido sanciones severas contra Ternium. El alcalde de San Nicolás, Daniel Carrillo, y diputados locales han pedido incluso el cierre o reubicación de la planta. La Secretaría de Medio Ambiente estatal evalúa todas las opciones, incluyendo un castigo ejemplar.
Críticos señalan que Ternium tiene un historial de problemas ambientales. Informes previos han acusado a la empresa de emitir metales pesados como plomo y cromo, lo que ha dañado la calidad del aire en la región. Estas acusaciones han intensificado el escrutinio sobre sus operaciones.
La empresa mantiene comunicación con autoridades como Conagua, Profepa y las secretarías de Medio Ambiente y Salud de Nuevo León. Ternium asegura estar comprometida con la transparencia y la protección ambiental, pero la indignación ciudadana no disminuye.
El caso ha reavivado el debate sobre la regulación de industrias contaminantes en Nuevo León. Activistas y legisladores exigen leyes más estrictas y supervisiones regulares para evitar que incidentes como este se repitan.

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