El Instituto Nacional de Migración (INM) vive un nuevo capítulo en su turbulenta historia. Francisco Garduño, quien estuvo al frente desde 2019, dejó el cargo en medio de críticas y señalamientos por su gestión. Su salida, anunciada desde octubre del año pasado, se concretó tras una transición prolongada que generó más dudas que certezas. La presidenta Claudia Sheinbaum decidió que el exgobernador de Puebla, Sergio Salomón Céspedes, tome las riendas a partir del 1 de mayo.
Garduño no se va sin controversia. Su gestión estuvo marcada por el trágico incendio en una estación migratoria de Ciudad Juárez en 2023, donde 40 migrantes perdieron la vida. Las imágenes de aquel desastre, con celdas cerradas mientras el fuego avanzaba, desataron indignación mundial. A pesar de las investigaciones y un proceso penal por ejercicio ilícito del servicio público, Garduño permaneció en el cargo más tiempo del esperado. Organizaciones civiles y víctimas acusaron al gobierno de protegerlo, calificando su salida como una maniobra tardía.
La llegada de Sergio Salomón no calma las aguas. Designado desde octubre de 2024, su nombramiento se retrasó por “razones estratégicas” relacionadas con la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos. Sheinbaum justificó la demora argumentando que Garduño mantenía una relación clave con autoridades migratorias de Estados Unidos y Guatemala. Sin embargo, la opacidad en este proceso ha levantado sospechas sobre las verdaderas intenciones del gobierno.
El exgobernador de Puebla asume un INM en crisis. La institución enfrenta críticas por las condiciones de sus estaciones migratorias, violaciones a derechos humanos y una política migratoria que muchos consideran improvisada. Salomón, quien militó en el PRI, Movimiento Ciudadano y Morena, promete una gestión más humana, pero su experiencia en temas migratorios es cuestionada. Su paso por Puebla dejó resultados mixtos, y ahora enfrenta el reto de transformar una dependencia bajo el escrutinio nacional e internacional.
La transición entre Garduño y Salomón se formalizó en una ceremonia privada en la sede del INM. El ambiente, según el comunicado oficial, fue de “respeto y cordialidad”. Sin embargo, las palabras no borran el historial. Garduño, quien debía ofrecer disculpas públicas por el incendio de Ciudad Juárez, reprogramó el acto para el 2 de mayo, lo que muchos interpretan como un intento de evadir responsabilidades.
El contexto migratorio no da tregua. México enfrenta presiones de Estados Unidos para contener el flujo de migrantes, mientras las caravanas y las detenciones en la frontera no cesan. La gestión de Salomón estará bajo la lupa, especialmente tras las promesas de Sheinbaum de una política migratoria con “sentido humanista”. Las palabras suenan bien, pero los hechos serán los que hablen.
Organizaciones de derechos humanos exigen cambios profundos en el INM. Piden mejores condiciones en los centros de detención, transparencia en los operativos y justicia para las víctimas de abusos. La tragedia de Ciudad Juárez sigue siendo una herida abierta, y la salida de Garduño no cierra el capítulo. Las familias de los fallecidos y los sobrevivientes aún esperan respuestas y reparación.
El nombramiento de Salomón también genera preguntas sobre la estrategia de Morena. Colocar a un exgobernador en un puesto tan delicado podría ser una jugada política, pero el costo de un error en migración es alto. México necesita una institución sólida, no una dependencia que sirva como trampolín o refugio para aliados. La presión está sobre Salomón para demostrar que puede estar a la altura.
La gestión de Sheinbaum en este tema será clave. Su decisión de mantener a Garduño durante meses, pese a los escándalos, ya generó críticas. Ahora, con Salomón al frente, el gobierno tiene una oportunidad de corregir el rumbo, pero también el riesgo de repetir los mismos errores. La migración no es solo un tema de números; es una cuestión de vidas.
El INM, creado en 1993, lleva décadas en el ojo del huracán. La llegada de Salomón es un nuevo comienzo, pero también una prueba de fuego. México y el mundo observan si este cambio es un paso hacia adelante o solo un movimiento más en el tablero político de Morena.

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¡CAMBIO EN EL INM! CLAUDIA SHEINBAUM SACA A GARDUÑO Y PONE A SERGIO SALOMÓN EN EL FUEGO MIGRATORIO
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