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Ayuntamiento de Guadalajara abandona a comerciantes del Parque Rojo con promesas vacías

El Parque Revolución, conocido como Parque Rojo, en el corazón de Guadalajara, ha sido cerrado abruptamente por el Ayuntamiento tapatío, dejando a más de mil comerciantes sin su fuente de ingresos. La decisión, tomada sin previo aviso, responde a una remodelación para el FIFA Fan Fest del Mundial 2026, pero los vendedores denuncian que no fueron informados ni considerados en el proceso.
Desde el pasado jueves, mallas ciclónicas rodean el parque, impidiendo a los comerciantes instalar sus puestos, una actividad que sostenía a cientos de familias desde hace cinco años. La falta de comunicación por parte de las autoridades municipales ha generado protestas y desesperación entre los afectados, quienes exigen soluciones inmediatas para continuar trabajando.
Margarita Valle, jefa de la Oficina de la Secretaría General, aseguró que se ha establecido una mesa de diálogo para buscar alternativas. Sin embargo, los comerciantes desconfían de estas promesas, ya que las autoridades no han presentado opciones concretas. Algunos vendedores, con permisos previos, podrían integrarse al Tianguis Cultural, pero la mayoría, que opera de manera informal, enfrenta un futuro incierto.
El director de Obras Públicas, Juan Carlos Arauz, detalló que la remodelación incluye la renovación de luminarias, pisos, bancas y fuentes, con una inversión de 23 millones de pesos. Las obras, que durarán cinco meses, buscan embellecer el parque para el evento deportivo, pero los comerciantes cuestionan por qué no se les incluyó en la planeación de un proyecto que afecta directamente su sustento.
Los vendedores han tomado las calles para manifestarse, bloqueando avenidas como Federalismo y Juárez. Algunos incluso intentaron instalarse en el Parque del Refugio, pero sin permisos oficiales, esta solución es insostenible. Las protestas han causado cierres viales y molestias entre los ciudadanos, quienes también critican la falta de previsión del gobierno municipal.
Mirza Valadez, una de las coordinadoras del grupo de comerciantes, explicó que el Parque Rojo no es solo un mercado, sino una comunidad autogestiva. Los vendedores, en su mayoría mujeres jóvenes, madres solteras y estudiantes, han creado un sistema solidario sin cobro de cuotas, asignando espacios de manera equitativa. Este modelo, que fomenta la economía circular, ahora está en riesgo por la indiferencia de las autoridades.
A pesar de que los comerciantes han solicitado su regularización desde hace años, el Ayuntamiento no ha avanzado en este proceso. Las promesas de reubicación, como al Parque Morelos o al Tianguis Cultural, no se han materializado, y la próxima reunión, programada para el martes, es vista con escepticismo por los afectados, quienes temen quedar desamparados.
La alcaldesa Verónica Delgadillo ha defendido el proyecto de remodelación como parte de una inversión de 450 millones de pesos para mejorar el Centro Histórico. Sin embargo, los comerciantes argumentan que estas mejoras no justifican el desplazamiento de una comunidad que ha dado vida al parque. Las consignas en las mallas del Parque Rojo lo resumen: “No somos delincuentes, solo queremos trabajar”.
La situación del Parque Rojo refleja una gestión municipal que prioriza eventos internacionales sobre las necesidades de sus ciudadanos. Mientras el gobierno tapatío presume avances para el Mundial 2026, los comerciantes enfrentan la pérdida de su sustento, sin una solución clara a la vista.
La incertidumbre continúa para los vendedores, quienes insisten en que no buscan enfrentamientos, sino un espacio digno para trabajar. La respuesta del Ayuntamiento en los próximos días será crucial para determinar si esta comunidad podrá sobrevivir o si será otra víctima de las decisiones unilaterales del gobierno local.

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