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Violencia sin freno en Teocaltiche: Asesinan a secretario de gobierno y el municipio queda en la mira

La tarde del 28 de abril, José Luis Pereida Robles, secretario general del ayuntamiento de Teocaltiche, Jalisco, fue asesinado a balazos en un restaurante de mariscos. El ataque, perpetrado por un sujeto armado que huyó en motocicleta, ocurrió en la colonia Tavares, cerca del centro del municipio. Pereida, también presidente del PRI local, fue descrito como un joven dedicado y trabajador, dejando un vacío en su comunidad.
El homicidio no es un hecho aislado. Teocaltiche vive una escalada de violencia que ha golpeado a sus autoridades. Apenas el 15 de abril, Ramón Grande Moncada, director de la policía municipal, fue ejecutado en un ataque directo mientras circulaba en su vehículo. Su esposa resultó herida. Estos crímenes se suman a la desaparición de ocho policías municipales en febrero, de los cuales cuatro fueron hallados sin vida.
La inseguridad en Teocaltiche ha encendido las alarmas. Desde febrero, la seguridad del municipio está en manos de la Policía Estatal, la Guardia Nacional y el Ejército Mexicano, tras la intervención de la comisaría local. Sin embargo, los resultados son escasos. Los habitantes viven con miedo, y el ayuntamiento ha denunciado que el pueblo no puede seguir sumido en la violencia y el dolor.
El gobernador de Jalisco, Pablo Lemus, anunció medidas tras el asesinato de Pereida. En una reunión con fuerzas federales, se acordó aumentar la presencia de militares y policías en el municipio. También se designará un nuevo encargado de seguridad para llenar el vacío institucional que ha permitido al crimen organizado ganar terreno.
Lemus reconoció que el Estado mexicano tiene una deuda con Teocaltiche. A pesar de operativos recientes, como el decomiso de un rancho ligado a la delincuencia el 24 de abril, la violencia no cede. El gobernador prometió pacificar el municipio, pero sus palabras contrastan con la realidad que enfrentan los ciudadanos.
La presidenta estatal del PRI, Laura Haro, condenó el asesinato de Pereida, exigiendo justicia y una investigación pronta. Calificó el ataque como cobarde y señaló la grave crisis de inseguridad en los Altos Norte de Jalisco. En la Cámara de Diputados, legisladores priistas pidieron un minuto de silencio en memoria del funcionario.
El crimen organizado parece tener el control en Teocaltiche. Los operativos, aunque han resultado en decomisos de vehículos y armas, no han frenado los asesinatos. La población, atrapada en una espiral de violencia, espera respuestas concretas de las autoridades estatales y federales.
Días antes de su muerte, Pereida pidió unidad y paz en sus redes sociales. Sus mensajes reflejan el esfuerzo de un funcionario que buscaba resistir desde su trinchera. Sin embargo, se convirtió en otra víctima de la inseguridad que azota al municipio.
La situación en Teocaltiche es un reflejo de la falta de acción efectiva contra el crimen. Mientras las autoridades prometen soluciones, los habitantes enfrentan el terror diario. La designación de un nuevo mando de seguridad y el refuerzo de efectivos son pasos anunciados, pero su impacto está por verse.
El asesinato de José Luis Pereida no solo enluta a sus seres queridos, sino que pone en evidencia el abandono de un municipio que clama por seguridad. La pacificación prometida por el gobierno estatal parece lejana, y la incertidumbre reina en las calles de Teocaltiche.

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