La diputada Gabriela Cárdenas ha puesto el dedo en la llaga: el Sistema Intermunicipal de Agua Potable y Alcantarillado (SIAPA) enfrenta una crisis que amenaza el abasto de agua en el Área Metropolitana de Guadalajara. La falta de recursos económicos para modernizar la infraestructura pone en riesgo un servicio esencial para millones de habitantes. La situación es crítica, y las autoridades locales no pueden seguir ignorando el problema.
Cárdenas señaló que el SIAPA requiere una inversión anual de 8 mil millones de pesos durante las próximas tres décadas para garantizar el suministro de agua en Jalisco. Sin este financiamiento, la red de distribución, en gran parte obsoleta, seguirá colapsando. La propuesta de la diputada incluye actualizar las tarifas del servicio, que no han cambiado en años, para romper el círculo vicioso de mala calidad y falta de recursos.
El proyecto del Acueducto Sustituto Chapala-Guadalajara, conocido como “Acueducto II”, es una de las prioridades. Este ducto busca reemplazar el actual, construido en 1986 y que abastece al 60% de la población metropolitana. Su deterioro representa un peligro: si colapsa, millones podrían quedarse sin agua. La licitación para el proyecto ejecutivo ya está en marcha, liderada por la Secretaría de Gestión Integral del Agua y la Comisión Estatal del Agua.
Sin embargo, la situación no es solo técnica. La deuda ciudadana al SIAPA asciende a 10 mil millones de pesos, lo que agrava la crisis financiera del organismo. Cárdenas insiste en que las tarifas deben ser justas, pero también en que los ciudadanos cumplan con sus pagos. La modernización del sistema no será posible si persiste el rezago en los ingresos.
La calidad del agua es otro problema grave. El trayecto del líquido desde el Lago de Chapala hasta Guadalajara, pasando por el río Santiago y canales como Atequiza y Las Pintas, provoca contaminación. Esto obliga al SIAPA a gastar más en químicos para potabilizar el agua, elevando los costos operativos. Un nuevo acueducto podría reducir estas pérdidas y mejorar la calidad del servicio.
El gobierno de Jalisco, bajo la gestión de Movimiento Ciudadano, enfrenta críticas por no haber actuado con mayor rapidez. Aunque el proyecto del nuevo acueducto ya está en marcha, hay cuestionamientos sobre la transparencia y la participación de las comunidades ribereñas del Lago de Chapala, que temen un impacto ambiental. La falta de diálogo con estos grupos podría complicar la ejecución de la obra.
Cárdenas también destacó la necesidad de un modelo de financiamiento público-privado para proyectos hídricos estratégicos. Esta propuesta busca aliviar la carga económica del gobierno, pero requiere un manejo transparente para evitar sospechas de favoritismos o irregularidades. La presión está sobre las autoridades para demostrar que pueden ejecutar estas obras sin caer en viejos vicios.
La crisis hídrica no es solo un problema de infraestructura, sino de voluntad política. Mientras el SIAPA lucha por mantenerse a flote, la ciudadanía espera soluciones concretas. La modernización del sistema y la construcción del nuevo acueducto son pasos urgentes, pero su éxito dependerá de una gestión eficiente y de la participación de todos los sectores involucrados.
El tiempo apremia. Sin una acción coordinada, el Área Metropolitana de Guadalajara podría enfrentar interrupciones graves en el suministro de agua. La advertencia de Cárdenas es clara: no hay margen para posturas radicales ni prejuicios. Jalisco necesita un compromiso serio para garantizar un derecho básico como el acceso al agua.

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Urgente: Crisis hídrica en Jalisco exige soluciones inmediatas para el SIAPA y el nuevo acueducto
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