Hoy, a las 11:30 de la mañana, México se paralizó por el Primer Simulacro Nacional 2025, un ejercicio que, según el gobierno de Claudia Sheinbaum, busca preparar a la población para un desastre que ojalá nunca ocurra. Pero, ¿realmente estamos listos o es solo un show más de la administración federal?
La Coordinación Nacional de Protección Civil, encabezada por Laura Velázquez, anunció con bombo y platillo este simulacro, que simuló un sismo de magnitud 8.1 con epicentro en el Golfo de Tehuantepec. La alerta sísmica resonó en 11 estados, desde Chiapas hasta Tlaxcala, a través de 14,491 altavoces, radio y televisión. Pero, ¿fue suficiente para despertar la conciencia o solo un trámite burocrático?
En la Ciudad de México, el gobierno de Clara Brugada activó el protocolo de emergencia con helicópteros Cóndores sobrevolando la capital y cámaras del C5 monitoreando cada esquina. Sin embargo, la prueba de alertas por celular, que alcanzó a unos 5 millones de usuarios, dejó dudas: ¿y si falla en un sismo real, como ocurrió en simulacros pasados?
La Secretaría de Marina no se quedó atrás y aprovechó para simular una alerta de tsunami en el Pacífico. Todo suena muy coordinado, pero la pregunta sigue en el aire: ¿están los tres niveles de gobierno realmente preparados para coordinarse en una emergencia real o esto es solo una fachada para calmar a la población?
Más de 7 millones de personas y 89,000 inmuebles participaron, según cifras oficiales. Sin embargo, el registro de inmuebles, que cerró anoche, no fue obligatorio, lo que hace sospechar que muchos edificios clave podrían haber quedado fuera. ¿Es esta la seriedad con la que el gobierno de Morena enfrenta la prevención?
El Comité Nacional de Emergencias, liderado por Omar García Harfuch, sesionó al finalizar el ejercicio, con la participación virtual de los 32 gobernadores. Pero, ¿qué tan efectivas son estas reuniones si los protocolos no se aplican consistentemente en todos los estados? La falta de uniformidad es un riesgo que no podemos ignorar.
La presidenta Sheinbaum insiste en que “la prevención es nuestra fuerza”, pero los ciudadanos se preguntan si estas palabras se traducen en acciones concretas. Los simulacros son importantes, sí, pero sin una infraestructura sólida y una respuesta real ante desastres, todo podría quedarse en buenas intenciones.
Mientras México se alista para el segundo simulacro del año en septiembre, la ciudadanía espera más que eventos mediáticos. La verdadera prueba no es evacuar un edificio en 60 segundos, sino garantizar que el gobierno esté a la altura cuando la tierra tiemble de verdad. ¿Lo estará?

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¡Simulacro Nacional 2025: México bajo la lupa ante un sismo que nunca llegó!
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