La presidenta Claudia Sheinbaum anunció que la presa El Cuchillo, en Nuevo León, no forma parte del acuerdo alcanzado con Estados Unidos para resolver el conflicto por el agua del Río Bravo. Esta declaración busca calmar las tensiones en la región, donde la apertura de las compuertas de la presa había generado incertidumbre.
Según Sheinbaum, el acuerdo con el país vecino se centra en otros afluentes del Río Bravo, excluyendo explícitamente a El Cuchillo. La decisión se produce tras semanas de controversia, ya que se especulaba que el agua de esta presa, vital para el abasto de Nuevo León, podría destinarse a cumplir con el Tratado de Aguas de 1944.
El Tratado de Aguas obliga a México a entregar un promedio anual de 432 millones de metros cúbicos de agua a Estados Unidos, calculados en ciclos de cinco años. Sin embargo, México acumula una deuda hídrica significativa, lo que ha generado presiones por parte de autoridades estadounidenses, incluyendo declaraciones del expresidente Donald Trump.
La apertura de las compuertas de El Cuchillo, ordenada por la Comisión Nacional del Agua (Conagua), desató críticas de ciudadanos y políticos locales. Muchos temían que el agua de la presa se destinara a Estados Unidos, comprometiendo el suministro para la zona metropolitana de Monterrey.
Samuel García, gobernador de Nuevo León, respaldó las palabras de Sheinbaum, asegurando que El Cuchillo no es una presa internacional y que su agua está destinada exclusivamente para uso mexicano. Esta postura busca tranquilizar a la población, que aún recuerda la crisis hídrica reciente en el estado.
A pesar del anuncio, persisten dudas sobre cómo México cumplirá con sus obligaciones internacionales sin afectar los recursos hídricos de estados como Nuevo León. La deuda hídrica, que supera los 1,500 millones de metros cúbicos, sigue siendo un desafío para el gobierno federal.
Organizaciones de agricultores y ciudadanos han expresado su preocupación por la gestión del agua en la región. En el pasado, intentos de trasvasar agua de otras presas, como La Boquilla en Chihuahua, desencadenaron protestas y enfrentamientos con la Guardia Nacional.
El gobierno federal insiste en que trabaja en una solución equilibrada para cumplir con el tratado sin comprometer el abasto local. Sin embargo, la falta de transparencia en las decisiones de Conagua sigue generando desconfianza entre la población.
Por ahora, la exclusión de El Cuchillo del acuerdo con Estados Unidos ofrece un respiro a Nuevo León. No obstante, la crisis del agua en el noreste del país está lejos de resolverse, y las autoridades deberán actuar con cautela para evitar nuevos conflictos.
La gestión de los recursos hídricos seguirá siendo un tema candente, especialmente en un contexto de sequías y presiones internacionales. La atención permanece en cómo el gobierno de Sheinbaum manejará este delicado equilibrio en los próximos meses.

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¡REVELAN QUE LA PRESA EL CUCHILLO NO SE TOCARÁ EN EL TRATADO DE AGUAS CON EU!
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