El Partido Liberal de Canadá, liderado por Mark Carney, se alzó con la victoria en las elecciones federales del lunes 28 de abril de 2025, asegurando su cuarto mandato consecutivo. Según proyecciones de la radiotelevisión pública CBC, los liberales obtuvieron suficientes escaños para formar gobierno, aunque no está claro si alcanzarán la mayoría absoluta.
Carney, exgobernador del Banco de Canadá y del Banco de Inglaterra, asumió el liderazgo del partido en marzo tras la salida de Justin Trudeau. Su llegada marcó un giro inesperado para los liberales, que hace meses enfrentaban una derrota casi segura frente a los conservadores. La campaña de Carney se centró en su experiencia como gestor económico y su capacidad para enfrentar crisis globales.
Las elecciones estuvieron marcadas por las tensiones con Estados Unidos, especialmente por las amenazas de Donald Trump sobre aranceles y una posible anexión de Canadá. Estas declaraciones desataron un sentimiento patriótico que impulsó a los liberales, evaporando la ventaja de 25 puntos que los conservadores tenían en las encuestas hasta finales de 2024.
En las provincias atlánticas, los liberales lideraron con 19 escaños frente a los 6 de los conservadores, según los primeros resultados. Ontario y Quebec, que aportan 200 de los 343 escaños del Parlamento, inclinaron la balanza a favor de Carney. Con el 96% de los votos escrutados, los liberales aseguraron 167 escaños, quedándose a solo cinco de la mayoría absoluta.
Carney celebró la victoria en Ottawa, donde prometió gobernar con unidad y defender los valores canadienses. En su discurso, destacó la necesidad de negociar una nueva relación bilateral con Estados Unidos, dejando claro que Canadá no cederá ante presiones externas. Sus palabras resonaron entre los simpatizantes, que llenaron el centro de convenciones con gritos de apoyo.
Los conservadores, liderados por Pierre Poilievre, sufrieron una derrota amarga tras dos años de preparación. A pesar de su campaña centrada en el descontento económico y social, no lograron capitalizar el desgaste de los liberales. Poilievre felicitó a Carney y ofreció colaboración para defender la soberanía nacional.
La jornada electoral mostró un fenómeno inusual: liberales y conservadores concentraron más del 80% de los votos, dejando atrás a partidos menores como el Nuevo Partido Democrático y el Bloque Quebequés. Este colapso de fuerzas pequeñas refleja la polarización del electorado en un momento de incertidumbre geopolítica.
Para Carney, el triunfo representa una validación de su arriesgada apuesta. Convocó elecciones anticipadas solo nueve días después de asumir como primer ministro, un movimiento que pudo haberlo convertido en el líder más efímero de la historia canadiense. En cambio, consolidó su liderazgo en un contexto de alta tensión.
El nuevo gobierno enfrentará retos inmediatos, desde la guerra comercial con Estados Unidos hasta la crisis económica interna. Carney ha prometido incentivar la construcción de viviendas, apoyar la industria automotriz y fortalecer la defensa nacional. Su experiencia como economista será clave para navegar estos desafíos.
Canadá se prepara para una etapa de negociaciones complejas con su vecino del sur. La victoria de Carney envía un mensaje claro: el país está unido y listo para defender su soberanía. El futuro del Partido Liberal, ahora en manos de un novato político con un currículum impecable, promete ser decisivo para la nación.

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Mark Carney triunfa en Canadá y consolida el dominio liberal en unas elecciones históricas
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