En el norte de Teherán, particularmente en el distrito 3, la situación es desoladora. Los pocos transeúntes que se aventuran fuera de sus hogares intercambian miradas nerviosas, cargando alimentos esenciales como pan o empujando carritos de supermercado repletos de provisiones, en un intento por prepararse para lo que pueda venir.
Desde la madrugada del viernes, Israel ha llevado a cabo una campaña de ataques aéreos contra diversos puntos de Irán, incluyendo instalaciones militares, energéticas y zonas residenciales. Los bombardeos han dejado un saldo devastador: al menos 232 muertos y cerca de 1,800 heridos, la mayoría civiles, según reportes.
El conflicto ha transformado la dinámica de la ciudad. Hasta el tercer día, aún se veía algo de actividad en las calles de Teherán, pero conforme los ataques se intensificaron, muchos residentes han optado por huir. Las carreteras hacia la provincia de Manzandaran, un destino habitual de vacaciones, se han congestionado con familias que escapan no del calor o la contaminación, sino de los misiles y drones.
Un ataque reciente contra la televisión estatal iraní en el distrito 3 dejó tres víctimas mortales, intensificando el miedo entre la población. Los habitantes que permanecen en la ciudad enfrentan un ambiente de incertidumbre, con el sonido constante de defensas antiaéreas intentando repeler los proyectiles israelíes.
Ali, un empresario dedicado a la importación y exportación de perfumes, relata cómo su negocio está completamente paralizado. Planea huir al norte con su familia, incluyendo a su padre enfermo de cáncer, mientras reflexiona sobre la incertidumbre: “Lo mismo esta noche se firma un alto al fuego o estamos así por meses”.
El parque Mellat, normalmente bullicioso con familias disfrutando de cafés y helados, ahora está casi desierto. Una mujer paseando a su perro expresó su temor, pero también su alivio al encontrar a alguien con quien conversar en medio de la tensión que envuelve a la capital.
Los bombardeos han alcanzado objetivos estratégicos, como instalaciones nucleares y depósitos de combustible, según reportes. Mientras tanto, Irán ha respondido con ataques de misiles y drones contra Israel, elevando la tensión en la región.
El líder supremo iraní, Ali Jamenei, ha prometido una respuesta contundente, mientras que el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, insiste en que los ataques continuarán hasta neutralizar la capacidad militar de Irán. La comunidad internacional observa con preocupación la escalada del conflicto.
Teherán, una metrópoli de 10 millones de habitantes, enfrenta un futuro incierto. Sus residentes, atrapados entre el miedo y la esperanza, intentan adaptarse a una realidad marcada por el sonido de las explosiones y el vacío de sus calles.

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Teherán, la capital de Irán, se ha convertido en una ciudad desolada tras cinco días de intensos bombardeos israelíes. Las calles, antes llenas de vida, ahora están vacías, con solo el eco de explosiones y una fuerte presencia policial marcando el paisaje urbano.
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