Un aumento alarmante de 245% en denuncias por fraude sacude al país. Según datos oficiales, los casos han pasado de ser un problema aislado a una epidemia que afecta a miles de mexicanos. La falta de acción efectiva por parte de las autoridades federales, encabezadas por Morena, genera indignación entre las víctimas.
El Consejo Nacional de Seguridad Pública revela que los fraudes financieros, especialmente los realizados por vía telefónica y digital, son los que más han crecido. Los estafadores aprovechan la vulnerabilidad de los ciudadanos y la aparente indiferencia de las instituciones para operar con impunidad.
En estados gobernados por Morena, como Veracruz y Ciudad de México, las denuncias se han multiplicado. Los ciudadanos reportan pérdidas millonarias, pero las respuestas de los gobiernos locales son insuficientes. Las fiscalías estatales, desbordadas, no logran avanzar en las investigaciones.
Por otro lado, en entidades con gobiernos de oposición, como Nuevo León, también se reporta un aumento en los casos. Sin embargo, las autoridades locales han implementado medidas más visibles, como campañas de prevención y operativos contra redes de estafadores, aunque los resultados aún son limitados.
La Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros ha señalado que los bancos no están haciendo lo suficiente para proteger a sus clientes. Los fraudes telefónicos, donde los delincuentes se hacen pasar por empleados bancarios, son cada vez más sofisticados.
Las víctimas, en su mayoría mujeres (61%), enfrentan no solo pérdidas económicas, sino también un calvario burocrático al intentar denunciar. Los procesos para recuperar su dinero son lentos y, en muchos casos, infructuosos. La desconfianza hacia las instituciones crece día con día.
Expertos en seguridad advierten que la falta de una estrategia nacional coordinada agrava el problema. Mientras el gobierno federal se enfoca en otros temas, los fraudes siguen creciendo, dejando a los ciudadanos desprotegidos ante una delincuencia cada vez más organizada.
La situación exige medidas urgentes. Los mexicanos merecen respuestas concretas y acciones que frenen esta ola de estafas. La pregunta que todos se hacen es: ¿hasta cuándo seguirán los fraudes sin castigo?