Nicolás Larcamón, nacido en La Plata, Argentina, el 11 de agosto de 1984, creció con el fútbol en la sangre. Su padre y su tío fueron futbolistas profesionales, y él soñaba con seguir sus pasos. Desde joven, mostró talento en las filas del club Los Andes, donde firmó su primer contrato profesional. Sin embargo, su carrera como jugador se vio truncada de manera abrupta a los 22 años. Una enfermedad inesperada cambió su destino y lo alejó para siempre de los terrenos de juego.
A los 22 años, Larcamón fue diagnosticado con osteocondritis, una afección que afecta las articulaciones, causando inflamación y daño en el cartílago y, en ocasiones, en el hueso subyacente. Este diagnóstico lo obligó a retirarse del fútbol profesional cuando apenas comenzaba a despuntar. Lejos de rendirse, decidió reinventarse. Su pasión por el fútbol lo llevó a explorar nuevos caminos, aunque inicialmente se alejó del deporte para estudiar otras disciplinas.
Tras su retiro, Larcamón comenzó a estudiar para ser profesor de educación física, pero pronto cambió de rumbo y se inclinó por la arquitectura. Durante cuatro años, trabajó en este campo, alejado de las canchas. Sin embargo, el fútbol seguía siendo su verdadera vocación. Antes de terminar sus estudios, tomó la oportunidad de entrenar en el club juvenil Almafuerte de Temperley, un paso que marcó el inicio de su carrera como técnico.
A los 31 años, Larcamón dio un salto al profesionalismo al asumir el banquillo del Deportivo Anzoátegui en Venezuela, en 2016. En solo cinco meses, llevó al equipo a una final de liga y lo clasificó a la Copa Sudamericana, convirtiéndose en el entrenador argentino más joven en disputar una final en ese país. Su éxito en Venezuela le abrió las puertas para dirigir en Chile, donde pasó por clubes como Deportes Antofagasta, Huachipato y Curicó Unido, consolidando su estilo ofensivo y dinámico.
En 2020, Larcamón llegó a México para dirigir al Puebla en la Liga MX. Su impacto fue inmediato: en el Clausura 2021, llevó al equipo a las semifinales, sorprendiendo a todos con un fútbol valiente y bien estructurado. Su trabajo en Puebla no solo le dio identidad al equipo, sino que lo convirtió en uno de los técnicos más respetados del fútbol mexicano. Los aficionados de La Franja aún recuerdan esas noches de gloria.
Tras su paso por Puebla, Larcamón tomó las riendas del Club León en 2023. Aunque no logró los mismos resultados en el torneo local, su mayor logro fue conquistar la Liga de Campeones de la Concacaf, un título que le permitió al equipo clasificar al Mundial de Clubes. Sin embargo, tras una eliminación en ese torneo, fue despedido, lo que marcó el fin de su etapa con La Fiera.
En 2024, Larcamón probó suerte en Brasil al dirigir al Cruzeiro. Aunque llevó al equipo a la final del Campeonato Mineiro, no pudo consagrarse campeón y fue cesado en abril de ese año. Regresó a México para tomar el mando del Necaxa, donde en el Clausura 2025 logró clasificar al equipo a la liguilla, destacando por una ofensiva que se posicionó como la segunda mejor del torneo.
Ahora, en junio de 2025, Larcamón enfrenta el mayor reto de su carrera: dirigir a Cruz Azul, uno de los equipos más emblemáticos de México. Con un contrato de dos años y una cláusula de rescisión de 2.5 millones de dólares pagada por el club, el argentino llega con la misión de mantener el buen momento de La Máquina, vigente campeona de la Concachampions, y buscar la ansiada décima estrella.
La trayectoria de Larcamón es una historia de resiliencia. La osteocondritis pudo haber acabado con su sueño de ser futbolista, pero no con su amor por el fútbol. Desde los banquillos, ha demostrado su capacidad para transformar equipos y dejar huella. Su estilo ofensivo y su conexión con los jugadores lo han convertido en un técnico admirado en México.
A sus 40 años, Larcamón está en la cima de su carrera. Su llegada a Cruz Azul genera expectativas entre los aficionados, quienes sueñan con verlo liderar al equipo hacia nuevos títulos. Su historia es un recordatorio de que los obstáculos, por grandes que sean, pueden abrir caminos inesperados hacia el éxito.