La Guardia Nacional en León, Guanajuato, enfrenta una ola de violencia sin precedentes en el polígono de Las Joyas, una de las zonas más conflictivas de la ciudad. Según el comandante del 34 Batallón, Luis Alberto Vázquez Santos, los elementos federales han sido blanco de agresiones directas por parte del crimen organizado desde su llegada a la región.
Los ataques no son recientes ni aislados. Vázquez Santos reveló que, desde que la Guardia Nacional se instaló en Las Joyas, han sufrido confrontaciones armadas, incluyendo fuego cruzado con delincuentes. Estas agresiones han dejado un saldo de tres elementos heridos, todos víctimas de disparos en operativos o enfrentamientos.
El nuevo cuartel de la Guardia Nacional, inaugurado este lunes en Las Joyas, busca reforzar la presencia federal en un área marcada por la inseguridad. Sin embargo, el comandante aclaró que su construcción no está directamente relacionada con los recientes ataques, aunque la zona colinda con puntos rojos como Brisas del Campestre y Piletas.
León vive una crisis de seguridad que parece no ceder. En lo que va de 2025, las autoridades han decomisado más de 428 mil dosis de narcóticos en el municipio, un aumento de más del 1,000% comparado con el año pasado. Este dato refleja la creciente actividad del crimen organizado en la región.
La presencia de la Guardia Nacional no ha sido suficiente para disuadir a los grupos delictivos. Los ataques armados contra los elementos federales muestran una audacia preocupante, mientras la población de Las Joyas vive atrapada en medio de la violencia.
El 34 Batallón, con sede en Irapuato, cubre ocho municipios, incluyendo León, con apenas 1,500 elementos. Esta cifra plantea dudas sobre la capacidad de las fuerzas federales para controlar la situación en una ciudad donde la delincuencia parece ganar terreno.
Las autoridades locales, encabezadas por la alcaldesa Ale Gutiérrez, han impulsado la construcción del nuevo cuartel como parte de una estrategia integral de seguridad. Sin embargo, los resultados hasta ahora son limitados, y la violencia sigue siendo una sombra constante en León.
La situación en Las Joyas es un reflejo de la lucha desigual contra el crimen organizado. Mientras el gobierno federal presume avances en seguridad, los enfrentamientos en las calles de León cuentan una historia distinta, marcada por la sangre y la impunidad.
La ciudadanía exige respuestas y acciones concretas. La Guardia Nacional, pese a los riesgos, mantiene su presencia en las zonas más peligrosas, pero el costo humano y la falta de resultados evidentes generan incertidumbre en una ciudad que clama por paz.
La pregunta que queda en el aire es cuánto tiempo más podrá resistir León esta embestida del crimen organizado, y si las autoridades lograrán recuperar el control antes de que la violencia se desborde por completo.