Israel enfrenta una nueva escalada de tensión tras los recientes ataques de Irán, que han activado sirenas antiaéreas en ciudades como Tel Aviv y Jerusalén. El gobierno israelí ha advertido que los bombardeos iraníes podrían prolongarse hasta el amanecer, lo que ha llevado a prolongar el estado de emergencia en todo el país hasta el 30 de junio. La situación mantiene a la población en alerta máxima.
El conflicto, que comenzó el viernes con la operación israelí conocida como León Ascendente, ha dejado un saldo devastador. En Irán, se reportan al menos 224 muertos y más de mil heridos, mientras que en Israel la cifra asciende a 24 fallecidos y más de 400 personas lesionadas. Los ataques cruzados han golpeado objetivos militares, nucleares y civiles en ambos países.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha defendido la ofensiva contra Irán, asegurando que busca neutralizar la amenaza nuclear del régimen. En un discurso reciente, afirmó que los ataques continuarán hasta debilitar las capacidades militares y nucleares de Teherán. También instó a la población iraní a levantarse contra su gobierno, un llamado que no ha encontrado eco en Irán.
Por su parte, Irán ha prometido una respuesta contundente. La Guardia Revolucionaria anunció que los bombardeos contra Israel no cesarán hasta el amanecer, tras haber alcanzado objetivos estratégicos, incluido un supuesto centro de operaciones del Mosad en Tel Aviv. Teherán acusa a Israel de actuar con el respaldo de Estados Unidos, lo que ha complicado los esfuerzos diplomáticos.
El presidente estadounidense, Donald Trump, ha respaldado a Israel, pero también ha instado a Irán a negociar un acuerdo nuclear para evitar una mayor escalada. En un mensaje en redes sociales, advirtió que los próximos ataques podrían ser aún más devastadores, aunque negó haber participado directamente en las operaciones israelíes.
La comunidad internacional observa con preocupación. La Unión Europea, liderada por Kaja Kallas, ha convocado una reunión de emergencia para discutir la crisis, mientras que países como Rusia y Alemania han expresado inquietud por el impacto en la estabilidad regional. Las ONG alertan sobre posibles riesgos de radiación debido a los ataques a instalaciones nucleares iraníes.
En Israel, la población se resguarda en refugios ante el constante sonido de sirenas. Un edificio residencial en Petah Tikva fue destruido por un misil iraní, dejando varias víctimas mortales. Las imágenes de los rescates han conmocionado al país, mientras el ejército asegura haber interceptado la mayoría de los proyectiles gracias a su sistema de defensa Cúpula de Hierro.
En Irán, los bombardeos israelíes han dañado depósitos de combustible y centros estratégicos en Teherán, generando temor entre los civiles. La tensión no da señales de disminuir, y ambos países parecen decididos a continuar con sus ofensivas, lo que eleva el riesgo de un conflicto más amplio en la región.
La situación sigue evolucionando rápidamente, con reportes de nuevos ataques en ambas direcciones. La prolongación del estado de emergencia en Israel refleja la gravedad del momento, mientras el mundo espera un posible punto de inflexión que detenga la escalada de violencia.