En las calles de Guadalajara, un dulce de vibrante color rosa mexicano captura la atención de locales y turistas por igual. Se trata del turrón rosa, una delicia tradicional que combina sabores dulces y ácidos en una experiencia única para el paladar.
Este postre, conocido también como “Dulce de la Virgen”, tiene una historia que se remonta a las festividades religiosas de Jalisco. Los vendedores cargaban enormes bloques de este dulce, de hasta 40 kilos, para ofrecerlo en romerías y celebraciones, especialmente en honor a la Virgen de Zapopan.
La preparación del turrón rosa es todo un arte. Sus ingredientes principales son simples: agua, azúcar virgen, jugo de limón, esencia de vainilla y colorante vegetal rosa. Sin embargo, el verdadero desafío está en el proceso de elaboración, que requiere precisión para lograr la textura perfecta.
El dulce se cocina a fuego alto durante horas, removiendo constantemente para evitar que se queme. Una vez que alcanza el punto exacto, se vierte en moldes y se deja enfriar por hasta ocho horas, logrando esa consistencia chiclosa que lo caracteriza.
En los puestos callejeros, los turroneros cortan el turrón rosa con machetes, creando rebanadas que se sirven sobre un plato o papel. Tradicionalmente, se adereza con jugo de limón y una pizca de sal, aunque hoy en día es común añadirle chile en polvo o chamoy para un toque agridulce.
El sabor del turrón rosa es una sorpresa para muchos. A pesar de su apariencia, que podría recordar al algodón de azúcar, su gusto es menos empalagoso, con un equilibrio perfecto entre lo dulce del azúcar y lo ácido del limón, potenciado por los ingredientes adicionales.
Este dulce no solo es un placer gastronómico, sino también un símbolo de la cultura tapatía. Su presencia en el centro de Guadalajara, cerca de la Catedral o la Plaza Tapatía, lo convierte en una parada obligada para quienes visitan la ciudad.
A pesar de su popularidad, el turrón rosa sigue siendo un tesoro poco conocido fuera de Jalisco. Su elaboración artesanal y su conexión con las tradiciones locales lo hacen único, y su reciente fama en redes sociales, como TikTok, ha atraído a nuevos curiosos.
El precio de una rebanada suele rondar los 20 o 30 pesos, dependiendo del lugar y el vendedor. Es un costo accesible para disfrutar de un pedazo de la historia y la identidad de Guadalajara.
El turrón rosa no solo deleita el paladar, sino que evoca recuerdos de infancia para muchos tapatíos. Es un recordatorio de las verbenas populares, las salidas de la escuela y las festividades que llenan de vida las calles de la Perla Tapatía.

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¡El dulce secreto de Guadalajara que conquista paladares! El turrón rosa, un manjar tapatío
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