Elementos de la Secretaría de Seguridad del Estado de México realizaron patrullajes en la zona cuando detectaron una camioneta Volkswagen Tiguan gris, modelo 2023, que circulaba de manera sospechosa. El conductor, al notar la presencia policial, frenó abruptamente y mostró una actitud evasiva, lo que levantó las alarmas de los oficiales.
Tras una breve persecución, los agentes lograron interceptar el vehículo, que había retrocedido unos 20 metros en un intento de escapar. Al acercarse, los policías dieron el alto a los ocupantes mediante comandos verbales, pero estos no pudieron justificar su comportamiento errático.
Durante la inspección, los elementos de seguridad observaron a simple vista varios bidones de plástico blancos en la parte trasera de la camioneta. Al cuestionar a los tripulantes sobre el contenido, estos admitieron que se trataba de gasolina, pero no pudieron acreditar su procedencia legal.
La revisión detallada reveló que los sospechosos transportaban ocho bidones de 50 litros cada uno, sumando un total de 400 litros de hidrocarburo robado. Este hallazgo confirma que el huachicoleo sigue siendo un problema grave que pone en riesgo la seguridad de las carreteras.
Los dos ocupantes de la camioneta fueron detenidos en el lugar y puestos a disposición de las autoridades correspondientes. La Secretaría de Seguridad del Estado de México destacó que el decomiso se llevó a cabo como parte de las acciones coordinadas en las Mesas para la Construcción de la Paz.
Este caso se suma a una serie de incidentes similares en el Estado de México, donde el robo de combustible ha generado pérdidas millonarias y representa un peligro constante para las comunidades. Las autoridades no han informado si los detenidos forman parte de una red más amplia de huachicoleros.
La impunidad y la falta de estrategias efectivas para frenar este delito siguen siendo un desafío para las autoridades. Mientras tanto, operativos como este muestran que el problema está lejos de resolverse, dejando en evidencia las fallas en la vigilancia y el control del comercio ilegal de combustibles.
El vehículo y el combustible confiscado quedaron bajo resguardo para las investigaciones correspondientes. Las autoridades continúan con las indagatorias para determinar el origen del hidrocarburo y posibles vínculos con grupos delictivos dedicados al huachicoleo.
Este incidente pone de manifiesto la urgencia de reforzar las medidas de seguridad en las carreteras y ductos de Petróleos Mexicanos, ya que el robo de combustible no solo afecta la economía, sino que también pone en riesgo la vida de los ciudadanos.