La crisis del agua en México sigue sin solución, y ahora hasta dentro de Morena se desata el conflicto. Una diputada federal del partido oficialista rompió el silencio y acusó a su propio grupo de ignorar el grave problema de la escasez hídrica que afecta a millones de mexicanos. En un enfrentamiento público, la legisladora exigió acciones inmediatas, pero la respuesta que recibió dejó a muchos con la boca abierta.
Durante una sesión en la Cámara de Diputados, la diputada señaló que la falta de agua es una emergencia que no puede esperar más. Criticó duramente la inactividad de las autoridades y la ausencia de un plan claro para enfrentar la sequía que azota al país. Su discurso fue un grito de desesperación, reflejando el hartazgo de comunidades que luchan día a día por acceso al vital líquido.
La respuesta de sus compañeros de Morena no se hizo esperar, pero lejos de ofrecer soluciones, se limitaron a decir que están “a la espera de la iniciativa presidencial”. Esta declaración desató aún más la indignación de la diputada, quien acusó al partido de evadir responsabilidades y dejar a los ciudadanos a su suerte. El intercambio de señalamientos expuso las fracturas internas en el partido gobernante.
La escasez de agua no es un problema nuevo en México. Regiones como la Ciudad de México, el Estado de México y el norte del país enfrentan cortes constantes y una infraestructura hídrica en deterioro. La sequía prolongada y la falta de inversión han agravado la situación, dejando a muchas familias sin acceso regular al agua potable.
La diputada insistió en que el gobierno federal debe actuar con urgencia. Propuso medidas como la modernización de sistemas de captación y la creación de reservas hídricas estratégicas. Sin embargo, sus propuestas no encontraron eco entre los legisladores de Morena, quienes parecen confiar en que una solución llegará desde la Presidencia.
El enfrentamiento en el Congreso refleja la tensión que vive Morena ante problemas nacionales que no han logrado resolver. Mientras la ciudadanía exige resultados, el partido parece atrapado en una dinámica de promesas y espera. La crisis del agua, lejos de resolverse, se convierte en un campo de batalla político dentro del propio oficialismo.
La situación ha generado críticas en redes sociales, donde usuarios acusan al gobierno de Claudia Sheinbaum de priorizar otros temas mientras el agua escasea. La falta de un plan integral para enfrentar la sequía ha puesto en duda la capacidad de Morena para cumplir con sus promesas de transformación.
Este choque interno en Morena no solo evidencia la urgencia de atender la crisis hídrica, sino también las divisiones dentro del partido. Mientras los ciudadanos esperan soluciones, la pregunta sigue en el aire: ¿hasta cuándo llegará la tan anunciada iniciativa presidencial que promete resolverlo todo?