En el Estado de México, la Estrategia Operativa Oriente sigue generando titulares. La gobernadora Delfina Gómez Álvarez anunció que, tras 82 días de su implementación, el robo de vehículos en 11 municipios ha disminuido un 44 por ciento. Además, se han asegurado 202 armas de fuego. Pero, ¿es esto suficiente para una región donde la inseguridad sigue siendo una preocupación diaria?
La estrategia, impulsada desde el gobierno federal de Morena y coordinada con autoridades estatales y municipales, se centra en municipios como Ecatepec, Nezahualcóyotl, Chalco y Tlalnepantla. Durante una Mesa de Coordinación para la Construcción de la Paz en Nezahualcóyotl, se destacó la incorporación de 270 nuevas unidades de vigilancia en 106 cuadrantes. Sin embargo, los habitantes de estas zonas aún reportan temor al salir a las calles.
La gobernadora, acompañada por el secretario general de gobierno, Horacio Duarte, insiste en que la coordinación entre los tres niveles de gobierno es clave. Según sus declaraciones, esta colaboración ha permitido avances significativos. Pero los datos oficiales contrastan con la percepción ciudadana, donde muchos sienten que la violencia no cede terreno.
El enfoque de la Estrategia Operativa Oriente no solo incluye patrullajes y operativos. También busca atacar las causas de la delincuencia, como la falta de oportunidades. Sin embargo, los críticos señalan que estas medidas a largo plazo tardan en mostrar resultados tangibles, mientras los delitos siguen afectando a las familias mexiquenses.
En marzo, la presidenta Claudia Sheinbaum respaldó esta iniciativa, prometiendo un Programa Integral para la Zona Oriente. Entre las acciones destacadas está la implementación de un Mando Único en 11 municipios, con el apoyo de fuerzas federales, estatales y municipales. Pero, ¿es esta estrategia suficiente para una región con más de 10 millones de habitantes?
Además de la seguridad, el plan incluye mejoras en infraestructura, como pozos de agua en Ecatepec y un colector en Chalco para evitar inundaciones. También se han entregado tarjetas de apoyo para el mejoramiento de viviendas. Sin embargo, algunos cuestionan si estos proyectos son prioritarios cuando la inseguridad sigue siendo el principal reclamo.
Los resultados presentados por el gobierno de Morena en el Edomex son aplaudidos por sus aliados, pero generan escepticismo entre los ciudadanos. La Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana del INEGI señala que varios municipios de la zona oriente están entre los de mayor percepción de inseguridad en el país. Esto pone en duda la efectividad real de la estrategia.
A pesar de los avances reportados, como el aseguramiento de drogas y laboratorios clandestinos en Ixtlahuaca, la Zona Oriente sigue enfrentando retos enormes. La densidad poblacional y la falta de servicios básicos agravan los problemas. Mientras el gobierno presume logros, la población espera acciones más contundentes.
La Estrategia Operativa Oriente es un esfuerzo ambicioso, pero su éxito dependerá de resultados visibles. Por ahora, los habitantes de la Zona Oriente viven entre la esperanza de un cambio y la realidad de una inseguridad que no desaparece. ¿Podrá el gobierno de Delfina Gómez cumplir con las expectativas?
El tiempo dirá si estas cifras representan un verdadero avance o son solo un intento de maquillar una situación que sigue siendo crítica. La Zona Oriente del Edomex, con su complejidad y desafíos, exige mucho más que discursos y promesas.