El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha dado un paso sorprendente al ordenar la suspensión de las redadas migratorias en granjas, hoteles y restaurantes, según un reporte del New York Times. Esta decisión llega tras semanas de intensas protestas y críticas por las operaciones del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en diversos centros de trabajo.
La orden, emitida por un alto funcionario del ICE, establece que a partir de ahora se detendrán todas las investigaciones y operativos en sectores clave como la agricultura, la hotelería y la restauración. El mensaje es claro: las redadas que han generado caos en comunidades migrantes deben pausarse, al menos temporalmente.
El cambio de rumbo de Trump responde a las quejas de agricultores y empresarios del sector hotelero, quienes han advertido que las redadas están afectando gravemente sus operaciones. En estados como California, donde la mano de obra migrante es esencial para la agricultura, las detenciones masivas han causado una escasez significativa de trabajadores.
El correo interno del ICE, firmado por Tatum King, especifica que las investigaciones relacionadas con delitos graves como trata de personas, lavado de dinero o tráfico de drogas seguirán permitidas. Sin embargo, se prohíbe explícitamente el arresto de migrantes indocumentados que no tengan antecedentes criminales, los llamados “colaterales no criminales”.
Esta decisión llega tras una semana de protestas en Los Ángeles, donde miles de personas han salido a las calles para condenar las políticas migratorias de Trump. Las redadas, que incluyeron operativos en tiendas como Home Depot y fábricas, han generado miedo y tensión en comunidades migrantes, especialmente entre los trabajadores esenciales.
Trump, en un mensaje en su plataforma Truth Social, reconoció que los migrantes en sectores como la agricultura y la hotelería son trabajadores valiosos con años de experiencia. Este tono más suave contrasta con su discurso habitual, que suele calificar a los migrantes indocumentados como una amenaza para el país.
Las protestas no se han limitado a California. En estados como Nebraska, Arizona y Michigan, las operaciones del ICE han generado movilizaciones masivas. Organizaciones como Indivisible han convocado a unas dos mil manifestaciones este fin de semana, en rechazo a lo que consideran una política migratoria autoritaria.
El impacto económico de las redadas ha sido innegable. En regiones agrícolas como el Valle Central de California, los cultivos de fresas, uvas y frutas han enfrentado problemas por la falta de mano de obra. Los agricultores, muchos de ellos simpatizantes de Trump, han presionado para que se detengan estas acciones.
A pesar de la pausa en las redadas, la administración Trump insiste en que su prioridad sigue siendo deportar a “delincuentes extranjeros”. La portavoz del Departamento de Seguridad Nacional, Tricia McLaughlin, aseguró que se continuará trabajando para cumplir con las promesas de campaña del presidente.
Este giro en la política migratoria de Trump plantea preguntas sobre su estrategia a largo plazo. Mientras las protestas continúan y las industrias clave enfrentan desafíos, el mundo observa si este cambio es un gesto pragmático o solo una pausa temporal en su dura postura contra la migración.

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TRUMP FRENA REDADAS EN GRANJAS Y HOTELES: ¿UN GIRO INESPERADO EN SU POLÍTICA MIGRATORIA?
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