A partir del 1 de septiembre, la Suprema Corte de Justicia de la Nación tendrá un nuevo rostro. Nueve ministros, elegidos por voto popular, asumirán el control del máximo tribunal del país. Este cambio, impulsado por la reforma judicial de Morena, promete sacudir las bases del Poder Judicial con nuevas reglas y órganos que nadie vio venir.
La elección de estos ministros marca un precedente mundial. México se convierte en el primer país en elegir a los jueces de su Corte Suprema a través de las urnas. Hugo Aguilar Ortiz, quien obtuvo 6.1 millones de votos, liderará la Corte como presidente, prometiendo una justicia más cercana al pueblo, según sus palabras.
Pero no todo es celebración. La reforma, impulsada por el gobierno de Claudia Sheinbaum y Morena, ha desatado una tormenta de críticas. Expertos advierten que la elección popular podría politizar la justicia, poniendo en riesgo la imparcialidad de las decisiones judiciales. ¿Es esto un paso hacia la democracia o un juego peligroso?
El Consejo de la Judicatura Federal desaparece para dar paso a dos nuevos órganos: el Tribunal de Disciplina Judicial y el Órgano de Administración Judicial. Estos cambios buscan, según el oficialismo, agilizar los procesos y garantizar una justicia más transparente. Sin embargo, la oposición señala que concentran demasiado poder en manos de Morena.
Los nuevos ministros enfrentan un reto monumental: resolver más de 8,000 casos pendientes en un plazo máximo de seis meses. Esta regla, impuesta por la reforma, ha generado escepticismo. ¿Podrán los nuevos jueces cumplir con estas exigencias sin sacrificar la calidad de las resoluciones?
La llegada de figuras como Lenia Batres y Yasmín Esquivel, cercanas al proyecto de la 4T, ha encendido las alarmas. Críticos aseguran que la Corte podría convertirse en un brazo político del gobierno, dejando atrás su papel como contrapeso. La independencia judicial está en el ojo del huracán.
Mientras tanto, la baja participación en las elecciones judiciales, estimada en un 23%, levanta preguntas sobre la legitimidad del proceso. Con una ciudadanía poco involucrada, el poder de quienes acudieron a las urnas cobra una relevancia desproporcionada. ¿Representan realmente a la mayoría?
El impacto de esta reforma no se limita a la Corte. Más de 1,600 cargos judiciales, incluyendo magistrados y jueces de distrito, serán renovados en los próximos años. Este cambio escalonado, que continuará en 2027, busca transformar el Poder Judicial de pies a cabeza.
La oposición no se ha quedado de brazos cruzados. Partidos como el PAN y el PRI intentaron frenar la reforma con acciones de inconstitucionalidad, pero no lograron los votos necesarios en la Corte saliente. El camino está despejado para que Morena consolide su visión.
El futuro de la justicia en México está en juego. La nueva Suprema Corte, más política y bajo un escrutinio sin precedentes, definirá si esta transformación fortalece la democracia o debilita las instituciones. Los próximos meses serán clave para entender hacia dónde va el país.

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¡Transformación histórica en la Suprema Corte! La llegada de nuevos ministros cambiará las reglas del juego
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