La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, emprendió un viaje rumbo a Kananaskis, Canadá, para participar en la Cumbre del G7, un evento que reúne a las principales potencias económicas del mundo. Su asistencia, confirmada tras recibir una invitación especial del primer ministro canadiense Mark Carney, coloca a México en el radar internacional en medio de tensiones comerciales y políticas globales.
Sheinbaum viajó en un vuelo comercial, haciendo escala antes de llegar a su destino, una decisión que contrasta con los lujos de administraciones pasadas. La mandataria, quien asumió el cargo en octubre de 2024, busca proyectar una imagen de austeridad mientras enfrenta los reflectores de un foro donde no solo estará Canadá, sino también Estados Unidos, Francia, Alemania, Italia, Japón, Reino Unido y la Unión Europea.
El evento, que se celebra del 15 al 17 de junio, tiene en su agenda temas críticos como la economía global, la seguridad internacional y el comercio. Sin embargo, la presencia de Sheinbaum no pasa desapercibida, ya que se espera que sostenga una reunión bilateral con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Este encuentro, programado para el 16 de junio, podría ser el primero cara a cara entre ambos líderes, en un contexto marcado por las recientes políticas arancelarias de Trump y las tensiones en torno al T-MEC.
La invitación a México como país observador en el G7, junto a otras naciones como Brasil, India y Ucrania, responde a la importancia estratégica del país en las negociaciones comerciales de Norteamérica. Según reportes, el Consejo Empresarial de Canadá, liderado por Goldy Hyder, presionó para que Sheinbaum asistiera, destacando su gestión frente a la administración Trump y su papel en la defensa del tratado comercial trilateral.
En el marco de la cumbre, Sheinbaum también sostendrá reuniones bilaterales con líderes como el primer ministro de India, Narendra Modi, y el propio Mark Carney. Estas conversaciones podrían abordar temas como la migración, los aranceles y la relación con Estados Unidos, que ha generado controversia por las recientes redadas contra migrantes en ciudades como Los Ángeles.
La participación de México en el G7 se da en un momento de alta tensión internacional. La guerra en Ucrania, el conflicto entre Israel e Irán, y las políticas proteccionistas de Trump dominan las discusiones. La decisión de Carney de no emitir un comunicado conjunto al final de la cumbre refleja las dificultades para alcanzar consensos entre los líderes, lo que podría complicar las negociaciones en las que México busca defender sus intereses.
Sheinbaum ha dejado claro que, de concretarse su reunión con Trump, abordará temas sensibles como las redadas migratorias y la protección de los mexicanos en Estados Unidos. La mandataria ha rechazado acusaciones de la secretaria de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Kristi Noem, quien afirmó que Sheinbaum incita protestas violentas en Los Ángeles, calificándolas como “absolutamente falsas”.
Mientras México se posiciona en este foro global, la presencia de Sheinbaum genera expectativas sobre su capacidad para defender los intereses nacionales frente a las potencias mundiales. Su participación en el G7, un espacio donde México no es miembro permanente, subraya la relevancia del país en un contexto de incertidumbre económica y política. Sin embargo, las promesas de diálogo y los resultados concretos que logre la presidenta serán clave para evaluar el impacto de este viaje.
La cumbre también será escenario de encuentros con otros líderes invitados, como el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y el de Ucrania, Volodímir Zelenski. Las discusiones podrían sentar las bases para nuevas alianzas o, al menos, para reforzar la postura de México como un actor relevante en la arena internacional.
El viaje de Sheinbaum, que incluye una agenda apretada de reuniones bilaterales y la participación en la asamblea general del G7, pone a prueba su liderazgo en un momento crucial. Mientras tanto, en México, la Secretaría de Gobernación, encabezada por Rosa Icela Rodríguez, asumirá la responsabilidad de las conferencias matutinas durante su ausencia, manteniendo el enlace con la ciudadanía.