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México bajo la lupa: Expertos de EE.UU. evalúan estrategia contra el gusano barrenador

México enfrenta un nuevo desafío en su sector ganadero con la reaparición del gusano barrenador, una plaga que amenaza la salud animal y el comercio internacional. Expertos del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) llegaron al país para verificar las acciones del gobierno federal contra esta crisis. La visita, encabezada por el secretario de Agricultura, Julio Berdegué, busca demostrar que México está tomando medidas serias para controlar la plaga y reanudar las exportaciones de ganado.
El gusano barrenador, una larva que infecta heridas abiertas en animales y humanos, ha generado preocupación desde su reaparición a finales de 2024. Este problema, que México había erradicado en 1991, resurgió en estados del sur como Oaxaca y Veracruz, lo que llevó a Estados Unidos a suspender las importaciones de ganado mexicano desde el 11 de mayo. La decisión ha causado tensiones, con el gobierno de Claudia Sheinbaum calificándola de injusta y poco fundamentada.
La estrategia mexicana incluye la liberación de moscas estériles para interrumpir el ciclo reproductivo de la plaga, una técnica que fue clave para su erradicación hace tres décadas. Sin embargo, la falta de una planta de producción de estas moscas en México ha generado críticas. Berdegué ha señalado que, desde hace meses, se ha solicitado a Estados Unidos apoyo para abrir una planta en Chiapas, pero no han recibido respuesta clara, lo que limita los esfuerzos nacionales.
La colaboración binacional es crucial, ya que el gusano barrenador no respeta fronteras. México y Estados Unidos acordaron una campaña conjunta para combatir la plaga, incluyendo una inversión de 21 millones de dólares por parte de EE.UU. para construir una planta de moscas estériles en Chiapas. Este proyecto, aunque prometedor, tardará al menos un año en estar operativo, lo que mantiene la presión sobre el sector ganadero mexicano.
El Consejo Nacional Agropecuario (CNA) ha advertido que la suspensión de exportaciones genera pérdidas diarias de hasta 11.4 millones de dólares. Este impacto afecta principalmente a los productores de estados del norte como Chihuahua, Sonora y Coahuila, que dependen del comercio con Estados Unidos. La industria ganadera mexicana exporta más de mil millones de dólares en ganado anualmente, y el cierre prolongado de la frontera podría ser devastador.
A pesar de los avances, como la reducción de casos semanales de 120 a 30, según la Asociación Nacional de Establecimientos Tipo Inspección Federal (ANETIF), la frontera permanece cerrada. Los expertos estadounidenses revisarán los protocolos sanitarios, la certificación de exportaciones y el uso de moscas estériles. México asegura que ha implementado medidas rigurosas, como inspecciones en puntos fronterizos y capacitaciones a veterinarios.
La Secretaría de Salud reportó seis casos de miasis en humanos, principalmente en Chiapas, lo que subraya la gravedad de la plaga. Este problema no solo afecta al ganado, sino que representa un riesgo para la salud pública, especialmente en comunidades con condiciones de higiene precarias. Las larvas, que se alimentan de tejido vivo, causan infecciones dolorosas y requieren atención médica inmediata.
El gobierno de Sheinbaum ha defendido su respuesta, destacando que se han activado controles desde la frontera sur para evitar la propagación. Sin embargo, las críticas persisten por la lentitud en la respuesta y la dependencia de Estados Unidos para el suministro de moscas estériles. La visita de los expertos del USDA es vista como un paso crucial para validar las medidas mexicanas y reabrir el comercio.
La tensión entre ambos países se intensificó cuando México acusó a Estados Unidos de no controlar la plaga desde su origen en Panamá, donde opera el único laboratorio regional de moscas estériles. Berdegué ha insistido en que la cooperación técnica es esencial, pero el retraso en la apertura de una planta en México refleja una falta de compromiso por parte de Washington.
La industria cárnica mexicana se mantiene optimista, confiando en que la reducción de casos y la cooperación técnica permitan la reapertura de la frontera pronto. Mientras tanto, el gobierno federal enfrenta el reto de equilibrar la presión económica con la necesidad de garantizar la seguridad sanitaria, en un contexto donde cada día de cierre fronterizo agrava las pérdidas para los ganaderos.

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