La Unión Ganadera Regional del Oriente de Yucatán confirmó un nuevo caso de gusano barrenador en una res en un rancho de Valladolid, marcando la primera detección de esta plaga en el oriente del estado. Hasta ahora, el problema se concentraba en el sur de Yucatán, pero su expansión preocupa al sector ganadero.
Mario Esteban López Meneses, presidente de la Unión Ganadera, señaló que este caso no debe generar pánico entre los ganaderos. Sin embargo, la llegada del gusano barrenador a una zona clave para la ganadería yucateca enciende las alertas sobre el impacto económico que podría tener en la región.
El gusano barrenador, larva de la mosca Cochliomyia hominivorax, se alimenta de tejido vivo, causando graves daños al ganado. En Yucatán, ya se han registrado ocho casos, siete en bovinos y uno en un perro, lo que evidencia la rápida propagación de esta plaga.
Para contener el brote, las autoridades han intensificado las medidas de control. La Secretaría de Desarrollo Rural de Yucatán ha implementado acciones como la colocación de trampas para moscas no estériles, que son reemplazadas por moscas estériles que no producen larvas.
López Meneses destacó que los ganaderos están tomando medidas preventivas, como desparasitar al ganado y curar heridas para evitar infecciones. Estas acciones buscan minimizar el riesgo, pero la amenaza persiste en una región donde la ganadería es un pilar económico.
La plaga no solo afecta a los animales, sino que también genera preocupación por sus posibles efectos en humanos. En Chiapas, se han reportado casos de miasis humana causada por este gusano, lo que eleva la urgencia de controlar su expansión.
El impacto económico es otro factor crítico. La prohibición de exportar ganado a Estados Unidos, debido a los brotes, representa pérdidas millonarias para México, afectando directamente a los productores yucatecos.
A pesar de los esfuerzos, la situación exige mayor coordinación entre autoridades y ganaderos. La falta de una respuesta más contundente podría agravar el problema, dejando a Yucatán en una posición vulnerable frente a esta plaga devastadora.
La detección en Valladolid marca un punto de inflexión. Los ganaderos del oriente, una de las zonas más importantes para la producción pecuaria, ahora enfrentan el reto de frenar al gusano barrenador antes de que se extienda aún más.