El Instituto Nacional Electoral validó la elección de magistrados para la Sala Superior y las Salas Regionales del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, un proceso que ha levantado sospechas sobre la imparcialidad del sistema judicial en México.
Con una votación dividida, el Consejo General del INE dio el visto bueno a los cómputos nacionales, asegurando que los resultados reflejan la voluntad ciudadana expresada el pasado 1 de junio. Sin embargo, la decisión no estuvo exenta de controversia.
Varios consejeros electorales, como Martín Faz Mora, denunciaron irregularidades en el proceso, señalando el llamado “efecto acordeón”, que habría favorecido a ciertos candidatos cercanos al oficialismo. Estas acusaciones han alimentado las críticas sobre una posible manipulación.
Los magistrados electos para la Sala Superior y las Salas Regionales del TEPJF asumirán cargos clave para resolver conflictos electorales, incluyendo la validación de futuras elecciones presidenciales. Su selección, por voto popular, marca un precedente en la historia del país.
No obstante, la sombra de Morena planea sobre esta elección. Algunos analistas advierten que el partido en el poder podría estar consolidando su influencia en el Poder Judicial, comprometiendo la independencia de las instituciones.
Organizaciones civiles y partidos de oposición han exigido una revisión exhaustiva del proceso, argumentando que la falta de transparencia pone en riesgo la democracia mexicana. Hasta ahora, el INE ha defendido la legalidad de los resultados.
Este proceso electoral, inédito por su naturaleza, ha generado un intenso debate sobre el rumbo del sistema judicial. Mientras unos celebran la participación ciudadana, otros temen que sea un paso más hacia la concentración del poder.
La designación de estos magistrados no solo definirá el futuro del TEPJF, sino que también podría marcar el tono de las próximas elecciones en México. La ciudadanía permanece atenta a las decisiones de estas figuras clave.