En un hecho que ha encendido las alarmas, cuatro migrantes se fugaron del centro de detención Delaney Hall en Newark, Nueva Jersey, aprovechando disturbios al interior de la instalación. Este incidente, ocurrido la noche del jueves, ha puesto en evidencia las fallas de seguridad en este centro migratorio operado por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE).
Según las autoridades, los cuatro hombres lograron escapar tras abrir un hueco en un muro interior que conectaba con una pared exterior, lo que les permitió salir por un estacionamiento. El FBI y el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) confirmaron que dos de los fugitivos ya fueron recapturados, pero otros dos continúan prófugos, generando preocupación en las comunidades cercanas.
Joel Enrique Sandoval López, un hondureño que ingresó a Estados Unidos en 2019, fue detenido en Passaic, Nueva Jersey, el sábado pasado. Sandoval tiene antecedentes por posesión ilegal de un arma y agresión agravada, lo que lo convierte en una figura de alto interés para las autoridades migratorias.
El segundo recapturado es Joan Sebastian Castañeda Lozada, de nacionalidad colombiana, arrestado el domingo. Aunque no se han revelado detalles sobre su captura, las autoridades lo consideran una amenaza para la seguridad pública debido a cargos previos por robo y conspiración.
Aún en fuga, Franklin Norberto Bautista Reyes, también hondureño, y Andrés Felipe Pineda Mogollón, colombiano, son buscados intensamente. Bautista enfrenta cargos por agresión agravada y posesión de armas, mientras que Pineda tiene antecedentes por hurto menor y robo en vivienda.
El centro Delaney Hall, gestionado por una empresa privada, ha estado en el ojo del huracán por denuncias de condiciones inhumanas y falta de controles. En mayo, protestas internas de los detenidos ya habían señalado problemas como escasez de alimentos y malas condiciones de reclusión.
La fuga ocurrió en medio de disturbios reportados dentro del centro, presuntamente provocados por retrasos en la entrega de comidas. Este caos permitió a los cuatro hombres ejecutar su plan de escape, lo que ha desatado críticas sobre la eficacia de las medidas de seguridad en la instalación.
El DHS ha ofrecido una recompensa de 10,000 dólares por información que conduzca a la captura de los dos migrantes que siguen prófugos. Mientras tanto, las autoridades federales han intensificado los operativos de búsqueda en Nueva Jersey y áreas cercanas.
Este incidente se suma a las crecientes tensiones en Estados Unidos por las políticas migratorias y la operación de centros de detención. La comunidad local y organizaciones de derechos humanos han exigido mayor transparencia y mejoras en las condiciones de estos lugares.
La situación en Delaney Hall refleja los desafíos que enfrenta el sistema migratorio estadounidense, donde la seguridad y el trato a los detenidos siguen siendo puntos de controversia. Las autoridades han prometido revisar los protocolos para evitar que incidentes como este se repitan.