La Comisión Nacional de Vivienda (CONAVI) ha anunciado el calendario de censos para el programa Vivienda para el Bienestar 2025 en el Estado de México, una iniciativa que promete mejorar las condiciones de vida de miles de familias. Sin embargo, en un contexto donde los programas sociales del gobierno federal han sido cuestionados por su opacidad y retrasos, esta nueva jornada genera más dudas que certezas.
El director de CONAVI, Rodrigo Chávez Contreras, presentó las fechas clave durante una conferencia matutina, asegurando que los censos se realizarán entre julio y agosto de 2025. El objetivo es identificar a los beneficiarios que podrán acceder a viviendas de bajo costo o apoyos para mejorar sus hogares, pero la falta de claridad en los procesos anteriores pone en tela de juicio la efectividad de esta estrategia.
El calendario establece que los censos iniciarán el 1 de julio en municipios prioritarios como Chalco, Valle de Chalco e Ixtapaluca, zonas marcadas por la marginación y la inseguridad. Durante julio, los Servidores de la Nación visitarán hogares para recabar datos socioeconómicos, un proceso que, según el gobierno, será transparente. Sin embargo, en el pasado, estas visitas han sido criticadas por irregularidades y favoritismos.
En agosto, los módulos de inscripción abrirán para quienes no fueron visitados en la primera etapa. Los solicitantes deberán presentar documentos como CURP, comprobante de domicilio y certificados de no propiedad. Aunque CONAVI promete agilizar los trámites, la burocracia ha sido un obstáculo recurrente en programas similares, dejando a muchas familias sin los apoyos prometidos.
El programa priorizará a mujeres, adultos mayores y personas en condiciones de pobreza extrema, un enfoque que suena noble, pero que en la práctica ha sido cuestionado por su falta de seguimiento. En 2024, miles de mexiquenses denunciaron que, tras registrarse, nunca recibieron respuesta o fueron excluidos sin explicación, lo que alimenta el escepticismo hacia esta nueva etapa.
Las viviendas de bajo costo, con un valor aproximado de 540 mil pesos, serán construidas en zonas semiurbanas, aunque municipios del oriente como Nezahualcóyotl quedarán fuera por su alta densidad poblacional. Esta decisión ha generado críticas, ya que muchas familias de estas áreas viven en condiciones precarias y esperaban ser incluidas.
Además, el programa incluye apoyos de 40 mil pesos para mejoramiento de viviendas, pero la entrega de estos recursos en años anteriores ha sido lenta y desorganizada. En 2025, se planea distribuir 50 mil tarjetas en abril y mayo, pero sin un mecanismo claro de supervisión, persiste el riesgo de que los recursos no lleguen a quienes más los necesitan.
El gobierno de Morena insiste en que Vivienda para el Bienestar transformará la vida de los mexiquenses, pero la historia reciente sugiere que las promesas podrían quedarse en el aire. Mientras las autoridades celebran el anuncio, las familias del Estado de México esperan resultados concretos, cansadas de discursos y procesos interminables.