El vuelo AI-171 de Air India, que despegó de Ahmedabad rumbo a Londres el 12 de junio de 2025, se convirtió en una de las peores tragedias aéreas en la historia de India. En cuestión de segundos, la normalidad a bordo se transformó en caos cuando el avión, un Boeing 787-8 Dreamliner, se estrelló contra una residencia de estudiantes de medicina cerca del aeropuerto. El impacto dejó un saldo devastador: 241 pasajeros y tripulantes fallecieron, además de al menos 27 personas en tierra. Solo un hombre, Vishwash Kumar Ramesh, logró sobrevivir milagrosamente.
Ramesh, un ciudadano británico de origen indio de 40 años, ocupaba el asiento 11A, junto a una salida de emergencia. Desde su cama en el Hospital Civil de Ahmedabad, narró los momentos de terror que vivió. “Justo después de despegar, sentí que el avión se atascaba por unos 5 o 10 segundos. Luego, una luz verde y blanca se encendió”, relató a la cadena estatal india DD News. El avión pareció intentar ganar altura, pero en lugar de elevarse, se precipitó hacia el edificio, desencadenando una explosión que envolvió todo en llamas.
“Todo sucedió delante de mis ojos. Ni siquiera puedo creer que sobreviví, porque por un momento pensé que iba a morir”, confesó Ramesh, aún conmocionado. Al abrir los ojos tras el impacto, se encontró rodeado de escombros y cuerpos sin vida, incluidas azafatas y otros pasajeros. Con quemaduras en la mano izquierda y múltiples lesiones, logró desabrochar su cinturón de seguridad y escapar por una abertura en el fuselaje. “Había un espacio abierto a mi lado, pero del otro lado estaba la pared del edificio. Eso probablemente impidió que otros salieran”, explicó.
El sobreviviente, originario de Leicester, Reino Unido, viajaba acompañado de su hermano, Ajay Kumar Ramesh, quien permanece desaparecido y se teme que esté entre las víctimas. “Cuando desperté en el hospital, solo pedía que encontraran a mi hermano”, dijo Vishwash a los medios. Su familia en Reino Unido, aún en shock, describió su supervivencia como un milagro, aunque la incertidumbre sobre el destino de Ajay ensombrece su alivio.
El primer ministro indio, Narendra Modi, visitó a Ramesh en el hospital y recorrió el lugar del accidente. “La escena de devastación es desgarradora”, escribió Modi en sus redes sociales. Durante su encuentro, Ramesh compartió detalles de la tragedia con el líder, quien también se interesó por su estado de salud. Según el doctor Dhaval Gameti, quien atiende a Ramesh, el sobreviviente presentaba desorientación y heridas, pero su condición es estable y está fuera de peligro.
Las autoridades indias han iniciado una investigación para determinar las causas del siniestro. La caja negra del avión fue recuperada y ya está siendo analizada, mientras se especula que un posible fallo en el motor, quizás por el impacto con un ave, pudo haber contribuido al accidente. El gobierno ha ordenado una revisión exhaustiva de todos los Boeing 787 en el país, y se realizan pruebas de ADN para identificar a las víctimas, un proceso que podría tomar semanas debido a la magnitud de la tragedia.
Air India, propiedad del grupo Tata, anunció una compensación de 10 millones de rupias, equivalente a unos 120 mil dólares, para las familias de cada víctima fallecida. La aerolínea también asumirá los gastos médicos de los heridos y la reconstrucción de la facultad de medicina afectada. En Ahmedabad, la presencia policial y mediática es abrumadora, con el hospital y la morgue convertidos en epicentros de un proceso marcado por el duelo y la espera de respuestas.
La tragedia ha conmocionado a India y al mundo, siendo el primer accidente fatal de un Boeing 787-8 Dreamliner desde que este modelo entró en servicio en 2009. Videos compartidos en redes sociales muestran a Ramesh, con la camisa ensangrentada, caminando hacia una ambulancia tras el accidente, una imagen que encapsula la magnitud de su milagrosa supervivencia. Su testimonio, lleno de dolor y asombro, es la única voz que narra lo sucedido a bordo del fatídico vuelo.
El impacto del accidente trasciende las fronteras de India, generando preguntas sobre la seguridad aérea y el mantenimiento de las aeronaves. Mientras las investigaciones avanzan, la historia de Vishwash Kumar Ramesh permanece como un recordatorio de la fragilidad de la vida y la resiliencia humana frente a la tragedia. Su relato, pronunciado desde una cama de hospital, ha dado al mundo una ventana a los últimos momentos del vuelo AI-171.
En Leicester, la familia de Ramesh se aferra a la esperanza de encontrar a Ajay, mientras celebra que Vishwash haya sobrevivido. La comunidad internacional, por su parte, sigue atenta a los desarrollos de una investigación que busca esclarecer las causas de una catástrofe que ha dejado una cicatriz imborrable en la historia de la aviación.