Una nueva explosión en un taller de pirotecnia sacudió al municipio de Tultepec, Estado de México, dejando un saldo trágico. Cruz Camacho Martínez, conocido como Don Huarachín, perdió la vida en el incidente ocurrido el sábado 14 de junio. Horas antes, había asistido al sepelio de dos víctimas de explosiones previas en la zona de La Saucera, un área conocida por su actividad pirotécnica.
El accidente ocurrió en el taller de Cruz, ubicado en la comunidad de Santa Isabel. Según reportes, tras regresar del funeral en el panteón San Martín, el artesano se encontraba trabajando cuando una explosión acabó con su vida. Este nuevo siniestro reaviva las preocupaciones sobre la seguridad en la producción de pirotecnia en Tultepec, un municipio donde esta actividad es parte de la identidad cultural.
Cruz Camacho era una figura querida en su comunidad. Apasionado por el ciclismo, participaba activamente en peregrinaciones a la basílica de San Juan de los Lagos. Su apodo, Don Huarachín, reflejaba el cariño y respeto que le tenían sus amigos y vecinos. Su muerte ha generado conmoción entre los habitantes de Tultepec, quienes lo recuerdan como un hombre dedicado a su oficio.
La explosión tuvo lugar en la zona de La Saucera, un área donde apenas unos días antes, el 11 de junio, otras dos personas fallecieron en incidentes similares. Alejandro Cortés Urban y su nieta Alejandra Cortés Reyes perdieron la vida en una serie de explosiones que afectaron varios talleres. La tragedia de Cruz se suma a una lista de accidentes que han golpeado duramente a esta comunidad.
A pesar de los esfuerzos por mejorar la seguridad, los incidentes en talleres pirotécnicos persisten. Las autoridades municipales se reunieron recientemente con artesanos para entregar apoyos y planear la reconstrucción de los talleres afectados. Sin embargo, la falta de avances en la remoción de escombros y la regulación estricta de estas actividades sigue siendo un problema latente.
Tultepec es conocido como la capital de la pirotecnia en México, con miles de familias dedicadas a esta actividad. Sin embargo, los riesgos asociados son evidentes. En 2016, una explosión en el mercado de San Pablito dejó 46 muertos, un recordatorio de la peligrosidad de este oficio. Desde entonces, los artesanos han buscado trabajar de manera más responsable, pero los accidentes no cesan.
La comunidad de La Saucera, en particular, ha sido escenario de múltiples explosiones en los últimos años. Los talleres, regulados por la Secretaría de la Defensa Nacional, operan bajo estrictas normas, pero los incidentes persisten. Vecinos reportaron un fuerte estruendo y una columna de humo visible desde municipios cercanos, lo que generó temor entre la población.
El gobierno local ha prometido acciones para evitar más tragedias, pero las soluciones parecen insuficientes. La reunión a puerta cerrada con artesanos, realizada tras las explosiones recientes, no permitió el acceso a medios, lo que ha generado críticas sobre la transparencia en el manejo de estas crisis. Los habitantes exigen medidas más efectivas para proteger a quienes dependen de la pirotecnia.
La muerte de Cruz Camacho no solo enluta a su familia, sino a toda una comunidad que vive entre la tradición y el riesgo. Su pérdida resalta la urgencia de abordar los problemas estructurales en la producción pirotécnica. Mientras tanto, Tultepec sigue enfrentando el desafío de preservar su legado cultural sin sacrificar más vidas.