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Tercer día de caos: Israel e Irán intensifican ataques mientras el mundo teme una guerra total

La tensión en Medio Oriente ha alcanzado un punto crítico. Por tercer día consecutivo, Israel e Irán intercambian ataques a gran escala, con misiles y bombardeos que han dejado decenas de muertos y heridos en ambos países. Todo comenzó el viernes, cuando Israel lanzó una ofensiva sorpresa contra sitios nucleares y militares iraníes, matando a varios generales y científicos de alto rango.
Irán no se quedó de brazos cruzados. En respuesta, ha disparado múltiples oleadas de misiles balísticos contra Israel, algunos de los cuales lograron evadir las defensas aéreas y causar daños en ciudades como Tel Aviv y Haifa. Las sirenas antiaéreas resuenan sin parar, y los ciudadanos israelíes han recibido órdenes de refugiarse en espacios seguros.
En Irán, los ataques israelíes han devastado infraestructura clave. Una refinería en el yacimiento de gas South Pars, el más grande del mundo, fue golpeada por un dron, paralizando la producción de 12 millones de metros cúbicos de gas al día. Además, sitios nucleares como Natanz e Isfahán, fundamentales para el programa atómico iraní, han sufrido daños significativos.
El conflicto ha paralizado las negociaciones nucleares entre Irán y Estados Unidos, que estaban programadas para este domingo en Omán. Teherán considera que las conversaciones “no tienen sentido” tras los ataques, mientras Washington insiste en mantener la vía diplomática abierta. Sin embargo, las posturas de ambas partes parecen irreconciliables.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha prometido que la operación, bautizada como “León Ascendente”, continuará “el tiempo que sea necesario” para neutralizar la amenaza iraní. Por su parte, el líder supremo de Irán, Alí Jamenei, advirtió que Israel enfrentará un “castigo severo” por sus acciones.
El impacto global no se ha hecho esperar. Los mercados financieros tiemblan: el precio del petróleo se disparó más del 10%, las bolsas caen y el oro se consolida como refugio para los inversionistas. La posibilidad de una guerra regional con implicaciones mundiales mantiene al mundo en vilo.
En Israel, las autoridades reportan al menos 13 muertos y más de 140 heridos por los misiles iraníes. En Irán, medios estatales hablan de 224 fallecidos, en su mayoría civiles, aunque las cifras totales podrían superar el millar. La violencia no da tregua, y ambos países se preparan para más enfrentamientos.
Líderes mundiales han hecho llamados urgentes a la calma, pero las señales de desescalada son nulas. Mientras Israel apunta ahora a objetivos energéticos iraníes, Irán promete intensificar sus represalias. La región está al borde de un conflicto de proporciones impredecibles.
La comunidad internacional observa con preocupación. La ONU y el Organismo Internacional de Energía Atómica han condenado los ataques a instalaciones nucleares, pero sus esfuerzos por mediar parecen insuficientes. El mundo espera una solución diplomática, aunque el tiempo se agota.
Este enfrentamiento, que combina rivalidades históricas, ambiciones nucleares y juegos de poder, amenaza con arrastrar a otras potencias. Por ahora, la incertidumbre reina, y el riesgo de una guerra total crece con cada hora que pasa.

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