La presidenta Claudia Sheinbaum se reunirá este martes con Donald Trump, presidente de Estados Unidos, en el marco de la Cumbre del G7 en Canadá. El encuentro, programado para durar una hora, marca el primer cara a cara entre ambos líderes desde que asumieron sus cargos. México, invitado especial al evento, busca aprovechar la plataforma para defender sus intereses en un contexto de tensiones bilaterales.
Sheinbaum ha prometido defender “dignamente” a los mexicanos en ambos lados de la frontera. Durante un evento en Tlaxcala, la mandataria aseguró que llevará la voz de México con firmeza, pero también con disposición al diálogo. La reunión se da en medio de controversias, como las recientes redadas migratorias en Estados Unidos y las acusaciones de que Sheinbaum incitó protestas en Los Ángeles, algo que ella ha negado rotundamente.
El encuentro con Trump será clave para abordar temas espinosos como la migración, el comercio y los aranceles. Sheinbaum ha expresado su intención de discutir los impuestos a las remesas y las restricciones al comercio de acero, aluminio y ganado mexicano. Además, busca el reconocimiento del aporte de los migrantes mexicanos a la economía estadounidense, un punto que ha generado fricciones con la administración Trump.
La Cumbre del G7, que reúne a las siete economías más industrializadas del mundo, se celebra en Kananaskis, Alberta, del 15 al 17 de junio. México, junto con Brasil e India, participa como invitado especial, lo que resalta su relevancia en la región. Sin embargo, la presencia de Sheinbaum en el evento ha generado expectativas y críticas, especialmente por su manejo de la relación con Estados Unidos.
Las tensiones entre México y Estados Unidos no son nuevas. La secretaria de Seguridad Nacional de Trump, Kristi Noem, acusó a Sheinbaum de alentar protestas violentas en California, una declaración que la presidenta mexicana calificó de “absolutamente falsa”. Este intercambio refleja el clima de desconfianza que podría complicar las negociaciones en el G7.
Sheinbaum viajará a Canadá el lunes por la mañana y regresará el martes por la noche, con la intención de estar presente en su conferencia matutina del miércoles. Su agenda en el G7 incluye no solo la reunión con Trump, sino también discusiones sobre cambio climático, comercio global y seguridad, temas en los que México busca posicionarse como un actor relevante.
El gobierno de Morena enfrenta críticas internas por su manejo de la política exterior. Analistas señalan que Sheinbaum debe equilibrar la defensa de la soberanía mexicana con la necesidad de mantener una relación funcional con Estados Unidos, principal socio comercial del país. Las decisiones tomadas en esta reunión podrían definir el rumbo de la relación bilateral en los próximos años.
La reunión con Trump también llega en un momento de presiones estadounidenses. Funcionarios de Washington, incluido el secretario de Estado Marco Rubio, han pedido a México investigar a políticos ligados al crimen organizado, una demanda que Sheinbaum ha negado públicamente. Este contexto añade un nivel de complejidad a las conversaciones en el G7.
El desempeño de Sheinbaum en esta cumbre será observado de cerca. Mientras promete representar a México con dignidad, las expectativas son altas y los márgenes de error, estrechos. La relación con Trump, conocida por su estilo impredecible, pondrá a prueba la capacidad de la presidenta para negociar en un escenario internacional de alto perfil.
Este encuentro en el G7 no solo es un momento decisivo para Sheinbaum, sino también para México. Las decisiones que surjan de esta reunión podrían tener repercusiones en la economía, la migración y la seguridad, temas que afectan directamente a millones de mexicanos. La atención está puesta en cómo la presidenta manejará este desafío frente a uno de los líderes más controversiales del mundo.