Decenas de miles de personas inundaron las calles del centro de Los Ángeles en una protesta histórica contra las políticas migratorias del presidente Donald Trump. La marcha, que reunió a unas 30 mil personas según estimaciones, se llevó a cabo de manera pacífica, con consignas que resonaron en todo el corazón de la ciudad californiana.
La manifestación, convocada bajo el lema “No Kings Day”, tuvo lugar frente al Ayuntamiento de Los Ángeles. Los participantes, portando banderas mexicanas y estadounidenses, expresaron su indignación por las recientes redadas del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), que han intensificado las detenciones de migrantes en el país.
Una enorme pancarta con el Preámbulo de la Constitución de Estados Unidos encabezó la marcha, simbolizando la defensa de los derechos civiles. Los manifestantes corearon frases como “No al ICE” y el emblemático “El pueblo unido jamás será vencido”, un himno de resistencia que cobró fuerza en esta jornada de protesta.
La marcha coincidió con el cumpleaños número 79 de Trump y el 250 aniversario del Ejército de Estados Unidos, un momento que los organizadores aprovecharon para destacar su oposición al “autoritarismo” del gobierno. Las protestas se extendieron a más de 2 mil manifestaciones en los 50 estados, reflejando un descontento generalizado.
En Los Ángeles, la comunidad latina, especialmente la mexicana, mostró su orgullo y resistencia. La música tradicional mexicana acompañó la marcha, mientras los asistentes ofrecían agua y alimentos a los efectivos de seguridad desplegados, enfatizando el carácter pacífico de la protesta.
Las redadas de ICE han generado temor en las comunidades migrantes, con detenciones que han separado familias y afectado a personas sin antecedentes criminales. Organizaciones como Mi Familia Vota y Lulac han denunciado el aumento de crímenes de odio y la discriminación racial en el país.
En otros estados, como Nueva York y Texas, también se registraron protestas significativas. En California, el despliegue de 4 mil elementos de la Guardia Nacional y 700 infantes de marina, ordenado por Trump, ha sido criticado por las autoridades locales como una extralimitación del poder federal.
La respuesta de Trump no se hizo esperar. Calificó las manifestaciones como una “invasión extranjera” y acusó a los manifestantes de provocar caos. Sin embargo, los organizadores insistieron en que su lucha es por los derechos humanos, económicos, sociales y civiles de todos.
La protesta en Los Ángeles marcó un momento de unidad para las comunidades migrantes y sus aliados. Los participantes, de diversas razas y orígenes, reafirmaron su compromiso con la justicia y la dignidad, recordando que la ciudad tiene profundas raíces latinas.
A pesar de la tensión, la marcha transcurrió sin incidentes graves, bajo un sol intenso que no detuvo a los manifestantes. Su mensaje fue claro: la lucha por los derechos de los migrantes y contra las políticas de deportación continuará con fuerza.